Fabius es expulsado de la dirección de los socialistas franceses
El PS convoca un congreso extraordinario para buscar un liderazgo "homogéneo"
El Consejo Nacional del Partido Socialista (PS) francés aprobó ayer por 167 votos a favor, 122 en contra y 18 abstenciones un informe del primer secretario, François Hollande, en el que se reclama una "dirección homogénea" para preparar un congreso extraordinario el 18 de noviembre de este año. De esa dirección fue expulsado el hasta ayer número dos, el antiguo primer ministro Laurent Fabius, que hizo campaña a favor del no, en contra de lo que votó la mayoría (59%) de los militantes del partido el 1 de diciembre de 2004.
Laurent Fabius, a quien muchos socialistas acusan de haber orquestado su campaña por el no con el fin de alzarse con la candidatura del PS para las elecciones presidenciales de 2007, había advertido de que un ajuste de cuentas podía perjudicar al PS en los comicios de 2007. Pero su advertencia no tuvo ningún efecto. Otros cuatro dirigentes próximos a Fabius perdieron también su puesto en la secretaría del PS. Entre ellos se encuentra el diputado Henri Emmanuelli, quien visitó, durante su campaña por el no, a 25 empresas que han sufrido en Francia los estragos de la deslocalización.
El primer secretario del PS, François Hollande, quiere promover una reunión de las distintas posiciones socialistas. Pero para que esa reunión sea eficaz, según Hollande, el PS no puede ir a remolque de los comunistas. "Máxime cuando estos van a remolque de los trotskistas", añadió.
Por su parte, Laurent Fabius se presentó ayer ante los militantes como "víctima de un ajuste de cuentas". Su hombre de confianza, Claude Bartolone, declaró: "[la dirección del PS] hubiera debido preocuparse menos por la venganza y más por demostrar a los franceses que tomaba en cuenta las preocupaciones expresadas con su voto".
Los tres líderes socialistas del no, Laurent Fabius, el diputado Henri Emmanuelli y el senador Jean-Luc Mélenchon, se han mostrado conciliadores. Defendieron una dirección en la que estuviesen representadas todas las corrientes, pero los mayoritarios no han aceptado la propuesta porque se sienten traicionados y quieren tener las manos libres para preparar el próximo congreso.
Otra corriente, la del llamado Nuevo Partido Socialista, que también defendió el no pero luego se atuvo a lo acordado en la consulta democrática interna, manifestó su "indignación y cólera" ante esa negativa a restañar heridas y olvidar diferencias.
Fabius no perdió ayer la ocasión de presentarse como defensor de una "auténtica voluntad de unidad". Señaló que esa unidad hay que prepararla "juntos", y recalcó lo de juntos.
Muy hábil, Fabius prefirió no responder personalmente a las iniciativas que le apartan de la dirección para arremeter contra "la troika Chirac-Villepin-Sarkozy", a la que calificó como " terceto para un fin de reino". Su actitud queda bien resumida en las palabras que pronunció al abandonar el Consejo Nacional del PS: "Lo que los franceses esperaban de la dirección del PS es que hubiese prestado atención al mensaje del día 29 y comprendido que la unidad del PS era prioritaria. Desgraciadamente, lo que ha sucedido prueba lo contrario. Yo, por mi parte, sigo fiel a mi línea: escuchar lo que dicen los franceses, luchar por la unidad de los socialistas y preparar la alternancia".
El diputado socialista Henri Emmanuelli, partidario del no, advirtió de que el PS "corre grandes riesgos" al ignorar su base social y electoral. Dijo también que es "incomprensible" que el aparato del partido "excluya a los que están en sintonía con el pueblo de izquierda", informa Efe.
En la nueva dirección del PS, entran, entre otros, Manuel Valls, que fue el portavoz de Lionel Jospin cuando era primer ministro (1997-2002) y que, tras haber denunciado el tratado constitucional durante la consulta interna del PS, cambió de postura.
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