Una de pitanzas y paseos para completar el viaje

Sevilla, una ciudad que Cervantes conoció bien y cuyos rincones aparecen retratados en sus Novelas ejemplares, ha querido celebrar el IV centenario de la publicación de El Quijote con algo más que teatro. El Consorcio Turismo de Sevilla, que depende del Ayuntamiento, ha organizado también una Ruta gastronómica cervantina en la que participan 19 restaurantes de la ciudad.

La Asociación de Hostelería de Sevilla ha asesorado a los restaurantes para que ofrezcan, también hasta el 8 de junio, un menú cervantino que incluye platos tan sugerentes como Gigote, un muslo de cordero asado y trocedado; Huevos a la porreta, una mezcla de sesos hervidos, criadillas, cebolla y huevos; Asadillo de la huerta, a base de pimientos rojos, tomates y especies, y los ya famosos Duelos y quebrantos, a base de panceta fresca, tocino de jamón, seso de ternera y huevos. Además habrá también postres como la Bizcochá o el Requesón.

Entre los restaurantes que se han sumado a este festín cervantino se encuentran Casa Robles, Entrecárceles, Modesto, Almutamid, La Raza y Casa Cuesta.

Pero ni La columna de El Manco ni los restaurantes se acercan a la mayoría de los lugares el escritor o sus personajes frecuentaron en la ciudad. La obra sólo toca Entrecárceles, donde estuvo la Cárcel Real, y las gradas de la Catedral, el mentidero de la época; pero la compañía tuvo que diseñar su recorrido teniendo en cuenta el tráfico. Para que los amantes de Cervantes no se queden sin su ración de realidad, el Ayuntamiento ha editado mapas -que reparten los propios actores durante las representaciones- en los que aparecen esos lugares.

La posada, el corral de comedias, el matadero en la Puerta de la Carne, el Compás de Mancebía o la calle Heria (hoy Feria), uno de los sitios favoritos de maleantes y pícaros, son algunos de los lugares marcados en esos mapas y que hoy pueden recorrerse con un poco de imaginación.