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La Carta de Barcelona comporta la creación de un fondo especial para el área metropolitana

Trias critica la ley porque supone una "claudicación" y un "mal presagio" para el Estatut

Blanca Cia

El borrador de la Carta Municipal hace mención expresa al área metropolitana de Barcelona y a las necesidades especiales de financiación de una gran conurbación urbana de 4,5 millones de habitantes. Este cálculo se realizará después de que el Parlament apruebe la ley específica del área metropolitana. Mientras, el acuerdo alcanzado entre las administraciones central, autonómica y local fue descalificado por el jefe de filas de CiU, Xavier Trias, quien dijo que se sentía "absolutamente desvinculado". Tanto, que podría votar en contra.

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Dos modelos territoriales enfrentados

En la negociación de la Carta Municipal las comparaciones y referencias a Madrid han sido muy frecuentes. Por ejemplo, cuando se abordó la inclusión en el texto de la mención al área metropolitana de Barcelona se hizo comparando las dos ciudades: dos grandes áreas en las que viven y se mueven a diario 4,5 millones de personas, aunque con las cifras invertidas: la población de Madrid es de 3 millones más 1,5 millones que se mueven en su área metropolitana. En Barcelona, las cifras se invierten.

Lo que reconoce la Carta es que esa circunstancia supone una financiación especial. Algo que, por sí mismo, en el Ayuntamiento de Barcelona se ve como un éxito. No obstante, el borrador no concreta en qué consistirá esa mejor financiación. Fuentes de la comisión técnica explican que una disposición adicional del borrador precisa que una comisión mixta -formada por los gobiernos central y catalán- computará el gasto metropolitano para crear un fondo específico después de que el Parlament apruebe la ley del área de Barcelona. Esta iniciativa no tiene fecha, aunque el Gobierno tripartito se comprometió a legislar la nueva ordenación territorial -y con ella el área metropolitana de Barcelona-antes de que acabe este año.

Desvinculación de CiU

A juicio de Trias, el acuerdo alcanzado no tiene nada que ver con el texto pactado en el Ayuntamiento hace casi ocho años, sobre todo en lo tocante a la financiación: "Nosotros veíamos bien la participación de los impuestos porque eso supone asegurarse los ingresos; pero con la fórmula de los convenios por los gastos supletorios de cultura, transporte y justicia, lo que se hace es pedir y depender de Madrid cada cinco años, y eso no tiene nada que ver con el modelo que ellos mismos [en referencia al PSC] habían propuesto. Por tanto nos sentímos completamente desvinculados". El grado de desvinculación puede ser total o parcial, de manera que CiU podría acabar votando en contra del texto definitivo. Pero Trias no desveló cuál será finalmente su disposición. Sí quiso, en cambio, señalar que la forma de negociar la Carta es un "mal presagio" con vistas a lo que puede pasar con el Estatut.

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Las afirmaciones de Trias tuvieron la réplica inmediata del alcalde de Barcelona, Joan Clos, desde Monterrey (México). Además de defender la Carta y la mejor financiación que supondrá para Barcelona, Clos señaló que CiU "no tiene legitimidad política para criticar la Carta Municipal porque cuando condicionaba mayorías en el Congreso de los Diputados no consiguió que se aprobara ningún texto", informa Francesc Relea.

Si Trias veía el vaso de la Carta y del futuro Estatut casi vacío, todo lo contrario opinó ayer el primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, quien expresó que Barcelona no renuncia a nada con el texto acordado y que, además, está pendiente la mejora de la financiación de la Administración local del nuevo Estatut.

En cuanto a si la cofinanciación de los gastos de equipamientos culturales de la ciudad, como el museo Picasso o el Teatro del Liceo, puede suponer la retirada de la participación del consistorio, el concejal de Cultura, Ferran Mascarell, lo descartó. El concejal manifestó ayer que el complemento específico por los gastos de cultura -calculado en unos 22 millones de euros según la comisión técnica de la Carta- servirán para reducir las aportaciones propias del Ayuntamiento, que históricamente ha calculado los gastos de la capitalidad cultural en una amplísima horquilla entre 30 y 60 millones de euros.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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