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22 países designan a Enrique Iglesias secretario general de las Cumbres Iberoamericanas

Moratinos propone para Salamanca una agenda centrada en la lucha contra la pobreza

Enrique Iglesias, asturiano y uruguayo, presidente del Banco Interamericano para el Desarrollo (BID), fue designado ayer secretario general de las Cumbres Iberoamericanas, un cargo de nueva creación que, según el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, está llamado a marcar "un punto de inflexión" en la historia de este sistema de relaciones cuyo decimoquinto aniversario se celebrará el próximo octubre en Salamanca. Moratinos propuso ayer a los 22 países de las cumbres que el aniversario se centre en la lucha contra la pobreza.

La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), "una estructura permanente para institucionalizar las cumbres", según el ministro portugués de Exteriores, Diogo Freitas do Amaral, nace con funciones poco definidas, pero con el objetivo perentorio de preparar las cumbres anuales de la veintena de países que en 1991 confluyeron en este esfuerzo integrador patrocinado por México y España. También deberá garantizar la continuidad del diálogo y el cumplimiento de los acuerdos entre cita y cita.

Se trata de una tarea fundamental para contener el proceso de decadencia de esos encuentros, que tuvo su máxima manifestación cuando los líderes de los principales países iberoamericanos se ausentaron de la XIV cumbre, el año pasado en San José de Costa Rica. Ayer, en la reunión ministerial extraordinaria preparatoria de la XV cumbre de Salamanca, estuvieron los ministros de Exteriores de España, Portugal, Andorra, Argentina, Bolivia, Colombia, México, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, junto a representantes de nivel inferior de los nueve países restantes.

La Secretaría General ha tenido una larga gestación bajo los auspicios iniciales de José María Aznar, que logró poner en marcha el proceso de su creación el año 2002, en la cumbre de Punta Cana, y que se aprobaran sus estatutos en 2003, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. La iniciativa embarrancó, sin embargo, por problemas formales y sustanciales, en el ambiente de tensiones creado por la guerra de Irak, y hubo de ser reflotada, con unos nuevos estatutos, el año pasado en Costa Rica.

El largo proceso culmina ahora con la designación del secretario general, en la personalidad relevante de Enrique Iglesias, que entrará pronto en funciones. En rigor, Iglesias no quedó nombrado ayer, ya que el consenso fue para "proponerle" para el cargo, aunque es un secreto a voces desde hace tiempo que las opciones de las dos partes son coincidentes y perfectamente definidas.

Moratinos dijo ayer que tiene la seguridad de que el nuevo secretario aceptará en pocas horas o días y se incorporará al cargo para principios de julio, cuando se libere de su compromiso con el BID. Enrique Iglesias ha sido el firme candidato de España, que obtuvo para sí la sede de la secretaría con la condición de que los cargos fueran para otras naciones iberoamericanas. Tiene, efectivamente, pasaporte uruguayo, pero nació en Arancedo, Asturias, en 1930, es hijo adoptivo de Oviedo, hijo predilecto de su región natal y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Iberoamericana. Emigró con su familia a Uruguay en 1934, estudió economía en Montevideo, Estados Unidos y Francia, trabajó en casi todos los organismos internacionales y regionales relacionados con la economía y el desarrollo de su zona y ha dirigido el BID desde 1988. Durante el trienio precedente, fue ministro de Exteriores de Uruguay, bajo la presidencia de Julio María Sanguinetti, socialista.

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El secretario general tendrá un secretario adjunto y otro de cooperación, que absorberá las funciones de la actual Secretaría de Cooperación Iberoamericana (SECIB). Ayer no hubo acuerdo sobre las candidaturas a estos cargos, presentadas por Brasil, Costa Rica y Nicaragua. Otros países quieren presentar sus candidatos y la decisión se aplazó a septiembre.

Presidencia rotatoria

Tampoco se avanzó en la financiación de la SEGIB. La presidencia rotatoria de las cumbres, que actualmente es española, propuso que los gastos se repartan al 50% entre los dos socios europeos, por un lado, y el resto de la comunidad iberoamericana. Hay disenso y España, que hoy financia el 80% de la SECIB, podría asumir una cuota mayor.

Moratinos expuso luego las líneas generales de lo que quiere que sea la cumbre de Salamanca: una reunión sin tema emblemático, para permitir concentrar el debate en las cuestiones de actualidad, pero muy orientada a los problemas del desarrollo, incluida la oposición internacional creciente que encuentra la ayuda a los países de renta media, el programa español de canje de deuda por educación y otros instrumentos de lucha contra la pobreza que, en opinión del Gobierno español, socava la consolidación de la democracia.

La cumbre llevará anejo un foro económico, con participación de empresarios, y diversas fórmulas de incorporación de la sociedad civil a los debates. Se pretende que la declaración final sea breve y nada retórica.

En una pausa de la reunión, Moratinos se encontró con sus colegas de Colombia y Venezuela y con el secretario general de Relaciones Exteriores de Brasil, para renovar los compromisos adquiridos con estos países a finales de marzo en la cumbre de Ciudad Guayana.

Los participantes en la reunión ministerial iberoamericana de Guimarães posan para la foto de familia.
Los participantes en la reunión ministerial iberoamericana de Guimarães posan para la foto de familia.ASSOCIATED PRESS

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