Enfrentamiento entre la familia y la dirección de la clínica Puigvert

La tercera generación de la familia del urólogo catalán Antoni Puigvert, fundador de la Fundación Puivert, se enfrenta a la directora de este centro médico barcelonés y presidenta del patronato que rige la entidad, Esperanza Martí. La familia ha denunciado irregularidades en la gestión, mala praxis y un cambio de estatutos que consideran fraudulento. La directora ha negado reiteradamente estas acusaciones y las atribuye a los intentos de una parte de la familia Puigvert por controlar el hospital, que cuenta con una plantilla de 700 trabajadores y 120 médicos.

Tras una denuncia de la familia, el Departamento de Salud de la Generalitat abrió un expediente al centro por irregularidades leves en la facturación al Servicio Catalán de la Salud. En el trasfondo del conflicto hay una historia de desavenencias familiares y una lucha por el control de este centro, que dirige Martí. La actual presidenta fue la colaboradora más directa del profesor Puigvert, fallecido en 1990.

Los familiares consideran que la entidad ha perdido liderazgo científico y critican los métodos autoritarios de Martí. La directora califica estos ataques a una campaña de descrédito contra una institución que, por su prestigio, tiene, según Martí, una gran importancia para la sanidad catalana.

El conflicto entre las dos partes se agudizó con el despido de dos médicos del servicio de andrología, Albert Roseaud y Anna Puigvert, nieta del fundador y una de las denunciantes. Ambos despidos están en los tribunales.

El último capítulo de este enfrentamiento tuvo lugar el pasado día 18 durante el juicio por el despido de Roseaud, jefe de una unidad de la clínica. La defensa de la Fundación Puigvert argumentó que se despidió al médico porque facilitó a la familia "datos confidenciales de pacientes" que luego fueron utilizados contra el hospital. Durante el juicio varios testigos acusaron inesperadamente a la institución de presunta mala praxis en el tratamiento del hijo del fundador del centro, Antoni Puigvert Serés, que fue tratado de un cáncer, y cuya muerte dio lugar al conflicto, por entender que una parte de la familia quedaba marginada del patronato de la fundación.