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Reportaje:AVANCES EN ONCOLOGÍA

Años de aceleración contra el cáncer

Los recientes avances en oncología vaticinan mejoras en los tratamientos y en la supervivencia

Ciertamente, no es lo mismo tener un diagnóstico de cáncer de colon en 2005 que en 1995 o incluso en 2000. Tampoco da igual en el caso del cáncer de mama, en el de pulmón y en el de casi todos los tumores malignos conocidos, unos dos centenares. La supervivencia global por cáncer mejora año tras año, aunque lentamente, y los supervivientes empiezan a ser legión (más de 10 millones en EE UU, el 3,4% de la población). Muchos especialistas consideran que el cáncer, o al menos muchos tipos de tumores, podrían empezar a tratarse pronto como una enfermedad crónica.

La acumulación de avances significativos en los últimos años está cambiando drásticamente el porvenir de muchos enfermos. Un caso ilustrativo es el de las mujeres afectadas por un cáncer de mama especialmente agresivo, el del tipo HER-2, que representa el 20-30% de todos los tumores mamarios. Hace sólo cinco años, las posibilidades que tenía una enferma de estar sin cáncer a los tres años del diagnóstico eran del 30%, mientras que ahora, después de añadir un nuevo fármaco a la quimioterapia, han ampliado hasta el 90%, según Josep Baselga, jefe del Servicio de Oncología del hospital Vall d'Hebron de Barcelona. El fármaco en cuestión (trastuzumab) reduce la recurrencia del tumor a la mitad (véase EL PAÍS de 3 de mayo de 2005), según los resultados del ensayo clínico, del que Baselga es uno de los investigadores principales.

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Este avance en el tratamiento de un tumor es, a juicio de Baselga y otros expertos, el más significativo de los muchos presentados la semana pasada en la 41 reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que ha congregado a 29.000 especialistas en Orlando (EE UU). Buena parte de estos avances están protagonizados por los nuevos fármacos dirigidos expresamente contra moléculas tumorales, que destruyen las células cancerosas y respetan las sanas, como el propio trastuzumab (Herceptin en su denominación comercial) y una lista reducida pero creciente.

La especificidad de estos nuevos fármacos (diseñados para actuar contra receptores tumorales, como es el caso del receptor HER-2 y el trastuzumab) permite una eficacia muy superior a la de la quimioterapia convencional. Como consecuencia, algunos de los tumores más agresivos pueden ser ahora los más fácilmente tratables, según explica Baselga.

"La quimioterapia indiscriminada, como la concebimos desde hace medio siglo, desaparecerá en menos de 10 años para dar paso a los tratamientos individualizados", asegura Rafael Rosell, jefe de Oncología del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona). "Con una sola pastilla por vía oral se podrá actuar contra la mutación específica [que causa un determinado cáncer]", vaticina.

La reunión de la ASCO de este año confirma, en opinión de Baselga, que se está produciendo un punto de inflexión en el tratamiento del cáncer. Este giro se relaciona con la entrada en escena de terapias selectivas y personalizadas, orientadas a administrar a cada enfermo tratamientos eficaces en función de la biología de su propio tumor. Para Baselga, que es miembro del consejo directivo de la ASCO, los "notables avances" registrados en los dos últimos años indican que "ahora estamos en un momento de aceleración" contra el cáncer. "Asistimos al principio de un efecto dominó", dice.

Aunque los resultados de los ensayos clínicos llegan pronto a la práctica oncológica, pueden tardar más de un año. "Los tratamientos que ahora empiezan a ser opciones reales para los pacientes son los que se anunciaron en ASCO hace un año o dos", explica Ramón Colomer, jefe del servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología de Girona.

Este año, como el anterior, se han presentado en la cita de la ASCO varios millares de estudios previamente seleccionados por su calidad. Entre ellos, "hay trabajos muy buenos, que probablemente cambiarán la conducta médica", según Colomer, pero muchos aportan datos preliminares y "no todos se traducirán en nuevas pautas terapéuticas".

Para los enfermos, no es fácil asimilar que no todas las promesas terapéuticas se hacen finalmente realidad o que puedan tardar en materializarse un año o más. "Esto crea conflictos en los médicos y mucha ansiedad en los enfermos", dice Colomer, "porque aunque puede parecer que un año significa la oportunidad de curarse o no, la aprobación de los nuevos tratamientos exige garantías y no siempre es bueno ir demasiado rápido", añade.

En el caso de la nueva indicación del trastuzumab para reducir la recurrencia del cáncer de mama, puede transcurrir medio año en EE UU y más de un año en Europa hasta que las pacientes puedan recibir el tratamiento, según Baselga. Sólo las 8.000 mujeres estadounidenses y europeas que participan en el ensayo clínico, entre ellas 300 españolas, tienen acceso inmediato al tratamiento. De esta situación se deduce, según Baselga, un mensaje claro para los enfermos de cáncer: "Participen en los ensayos clínicos".

Los ensayos clínicos son la piedra angular del progreso terapéutico, y en la reunión de la ASCO, ha habido ensayos importantes en los tumores más habituales. El cáncer de colon y recto, el tercero en frecuencia en hombres y en mujeres, es uno de los que ha acaparado algunas de las novedades más significativas, según los especialistas. Los avances terapéuticos en este tumor ilustran además el cambio que se está registrando en oncología. "Hace 10 años sólo disponíamos de un fármaco para tratar los tumores de colon y recto, y ahora tenemos muchos. Hemos pasado de un tratamiento casi monográfico a estar en la cresta de la ola del tratamiento farmacológico", resume Ramón Colomer.

Todos los tumores necesitan desarrollar vasos sanguíneos para recibir nutrientes que les permitan seguir creciendo. Los medicamentos que actúan contra el cáncer frenando este proceso (angiogénesis o génesis de vasos sanguíneos) han ofrecido buenos resultados en el tratamiento del cáncer de riñón. Josep Baselga destaca la presentación de tres ensayos diferentes con fármacos antiangiogénesis que han conseguido niveles de respuesta elevados. "En cuatro de cada 10 enfermos con cáncer renal, los nuevos tratamientos reducen el tumor un 50%", explica.

Otro de los estudios destacados muestra, por primera vez, que la reducción de grasas en la dieta de las mujeres con cáncer de mama disminuye un 20% la reaparición del cáncer en un plazo de cinco años. Para Baselga el estudio aporta una recomendación dietética clara para las mujeres con cáncer de mama. Por su parte, Ramón Colomer, experto en la materia, recuerda que el aceite de oliva mejora además la terapia del cáncer de mama (véase EL PAÍS de 11 de enero de 2005).

Más allá de la supervivencia

Todos los miedos y otras emociones que suscita la idea de supervivencia para un enfermo de cáncer se encierran en un simple número, en un porcentaje. Las posibilidades de curación (supervivencia a los cinco años del diagnóstico) son el resultado de un cálculo estadístico en función del tipo de tumor, su extensión, los tratamientos disponibles y otros factores. El oncólogo coge la calculadora y obtiene un número que expresa la esperanza de seguir vivo a los cinco años. Las estadísticas de EE UU indican que la supervivencia global por cáncer a los cinco años ronda el 64% (en España y Europa es menor, aunque las estadísticas son menos fiables), con porcentajes que superan el 90% en los tumores de próstata o testículos, o que no llegan al 10%, como en el de páncreas. Los números, con todo, sólo reflejan valores estadísticos, y la supervivencia individual puede ser muy variable.

Pero más allá de la supervivencia, los enfermos del cáncer se enfrentan a una serie de necesidades que no siempre son bien atendidas. Un estudio de la Fundación Lance Armstrong, presentado en la reciente reunión de la ASCO, ha constatado que una mayoría

de los supervivientes tienen problemas psicológicos que alteran su vida, como pueden ser la depresión y el miedo a la recurrencia del cáncer.

El estudio, una encuesta de 83 preguntas realizadas a más de un millar de supervivientes del cáncer, muestra que el 70% ha sufrido una depresión a consecuencia del cáncer, el 54% padece dolor crónico, el 40% se considera todavía tocado por el cáncer, el 9% ha contraído deudas importantes a causa de la enfermedad y el 46% sigue hablando de su tumor maligno varias veces al mes. Con todo, el 62% reconoce que goza "buena salud" y el 59% piensa que no morirá de cáncer.

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