Zapatero asegura que no se dejará enganchar por el pesimismo de Rajoy
El presidente afirma que desde le primer día ha trabajado por la paz, y seguirá haciéndolo
No hay marcha atrás en la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de intentar abrir un proceso de diálogo, con respaldo del Parlamento, para que en España desaparezca el terrorismo. Ayer, a sólo dos días de que se vote en el Congreso la resolución socialista, el líder del PSOE aseguró en Santiago de Compostela que seguirá trabajando, "como quieren todos los españoles, por la paz y por el fin del terrorismo". También trabajará por la unidad de todos los partidos en torno a este objetivo, "a pesar de lo que el PP está haciendo y de su extremismo". "No me dejaré enganchar al pesimismo del PP y de Mariano Rajoy". Y que nadie tema, según Zapatero, por el futuro de la nación: "No va a haber menos España, va a haber menos Partido Popular".
"No va a haber menos España, va a haber menos Partido Popular"
El Grupo Parlamentario Socialista defenderá mañana en el pleno del Congreso la resolución que pondría en marcha la autorización del Parlamento por si España entrara en un proceso de "fin dialogado" de ETA. La iniciativa no va a ser retirada, según dejó claro Zapatero en la fiesta del campo organizada por las Uniones Agrarias de Ganaderos y Agricultores de Galicia. "Desde el primer día de acción de este Gobierno he trabajado por la paz en el mundo y por la paz dentro de España, y hoy este Gobierno, con todos los españoles porque así lo quieren, seguirá trabajando por la paz y contra el terrorismo". Y continuó: "Vamos a seguir trabajando contra el terrorismo con la ayuda de todos los partidos, como yo hice durante los anteriores cuatro años".
El líder socialista tendió de nuevo la mano a la formación que preside Mariano Rajoy. "Y ahora, a pesar de lo que está haciendo el PP, voy a seguir trabajando por la unidad de todos los partidos y por la paz".
No hubo ni una sola mención directa o indirecta a las bombas que hizo estallar ETA de madrugada, sin previo aviso, en cuatro empresas guipuzcoanas, ni tampoco a las durísimas acusaciones del PP sobre "el favor" que, según el primer partido de la oposición, el Gobierno de Zapatero hace a ETA con esta resolución parlamentaria. "Yo no me engancho al pesimismo del PP tal y como ha demostrado en el debate; yo soy optimista como lo es la mayoría de la gente de este país, que es serena, trabajadora, solidaria y cree en España y su futuro, yo sí tengo confianza en este país".
Sus palabras fueron bien acogidas, a juzgar por los aplausos de los 6.000 agricultores y ganaderos que acudieron a esta fiesta, celebrada en clave preelectoral dada la proximidad de los comicios gallegos, previstos para el 19 de junio.
Del futuro de España y de Galicia habló Zapatero ligando mensajes para toda la nación con algunos específicos para Galicia. Pero lo que en realidad quiso hacer fue criticar al PP por el otro gran asunto de pelea política: la unidad de España. A juicio de Zapatero, el futuro de España como nación no corre ningún peligro. "El PP anuncia graves males hacia el futuro de España: no va a haber menos España, va a haber más Galicia; insisto, no va a haber menos España, va a haber menos Partido Popular". Después bajó el tono para aparentar extrañeza hacia la actitud de los populares. "No puedo entender su extremismo; el PP está agotado en Galicia y ofuscado en España".
Frente a ese "pesimismo" y "extremismo" del PP, el Gobierno afirma que mantendrá el equilibrio entre la defensa de la vigencia del Pacto Antiterrorista, que los socialistas firmaron con los populares en diciembre de 2000, cuando gobernaba José María Aznar, y el "fortalecimiento de la unidad", con la implicación de todos los partidos democráticos, a excepción del PP, en la resolución que fija las bases del final de la violencia y que se votará mañana en el Congreso, como colofón al debate sobre el estado de la nación.
El Gobierno estima que el Pacto Antiterrorista sigue vigente, en la medida en que ETA existe. Por tanto, mantendrá la presión sobre la banda con medidas policiales y judiciales hasta que ETA anuncie que abandona la violencia. También cree que debe mantenerse su carácter bipartito, esto es, válido sólo para los dos partidos que tienen posibilidad de gobernar en España, el PSOE y PP, como sucedió con el acuerdo antiterrorista firmado por el líder laborista británico, Tony Blair, y el conservador, John Major, a principios de los años noventa, y que fue el inspirador del Pacto Antiterrorista español de 2000.
Hechos como las bombas que ayer estallaron en el País Vasco, atribuidas a ETA, contribuyen a aumentar la alerta en el Gobierno y las dudas sobre las posibilidades reales de abrir un proceso de paz, cuya decisión está ahora en manos de la banda terrorista. A ella corresponde responder con el anuncio de una cese definitivo. "El asesinato de una persona por la banda pondría en marcha inmediatamente el proceso de ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas si esta formación no lo condenara claramente", señalan fuentes gubernamentales.
Pero el Ejecutivo quiere tener en cuenta el actual "nuevo escenario vasco", diferente al de 2000, cuando PP y PSOE firmaron el Pacto Antiterrorista. El Gobierno sostiene, y el portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo confirmó en su intervención en el debate sobre el estado de la nación, que el Pacto de Lizarra, la alianza entre el PNV-EA y la ilegalizada Batasuna, ya no existe. Por tanto, ya no está vigente la prohibición del Pacto Antiterrorista de 2000 de que el PP o PSE pacten con el nacionalismo, como señala su preámbulo.
El Gobierno estima que ha cambiado el escenario vasco y, para responder a ese nuevo reto ha lanzado la propuesta de reverdecer el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea, esto es, de abrir un proceso de diálogo con ETA si la banda deja las armas. La segunda condición, en la que Zapatero ha insistido estos días, es que lo único que el Gobierno puede negociar con ETA es sobre sus presos, pero no sobre asuntos políticos, que corresponde a los partidos. Algo que también hizo José María Aznar en 1998, guiándose por los mismos principios, cuando ETA declaró su alto el fuego indefinido.
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