El crudo marca la diferencia
La carestía del petróleo condiciona y discrimina los resultados de principales compañías y sectores españoles
El petroleo brent se mueve en las últimas semanas en el umbral de los 50 dólares el barril, cuando la mayor parte de expertos, instituciones y empresas preveían en diciembre que estaría 10 o 15 dólares más barato. Un cambio que ha afectado a los resultados de muchas empresas españolas, a unas para bien y a otras para todo lo contrario.
Así, los resultados de Repsol YPF y de Cepsa en el primer trimestre presentados esta misma semana han sido excepcionales por los altos precios del petróleo y también por unos excepcionales márgenes en su actividad de refino.
La otra cara de la moneda la ha presentado la compañía aérea Iberia, cuya segunda mayor partida de gasto, tras la de personal, es el combustible. En el primer trimestre ha pagado 177,3 millones de euros en adquisición de queroseno, un 30% más que en igual periodo de 2004. La compañía ha establecido recargos en los billetes y ha puesto en práctica un plan de reducción del consumo de energía para paliar las repercusiones de este encarecimiento en la cuenta de resultados.
Cuentas que en el caso de las eléctricas afrontan la doble factura de un año extremadamente seco, de muy escasa producción hidráulica, con unos elevados precios del gas, que están referenciados a las cotizaciones del petróleo, y cuyo abastecimiento les es imprescindible para el funcionamiento de sus nuevas centrales de ciclo combinado. La excepción a la regla en su sector, en este escenario, es Unión Fenosa. Suscribió en 2000 contratos gasísticos con Egipto que le aseguraron unos precios máximos que son hoy prácticamente la mitad de los vigentes en los mercados internacionales.
Los transportistas por carretera, tanto de viajeros como de mercancías, también lo están pasando muy mal. La patronal Fenadismer reclama ayudas y advierte de la posibilidad de un paro. En el grupo asturiano Alsa señalan que llenar el depósito de uno de sus autobuses les cuesta un 25,2% más que hace un año y que las tarifas sólo han aumentado un 3,04%.
La diferencia con anteriores escaladas del precio del petróleo es que ahora no las provoca la oferta, decisiones de la OPEP o tensiones geopolíticas, sino la demanda. La irrupción de nuevos grandes consumidores, como China e India, y las dificultades para asegurarse suministros de crudo en el futuro hacen improbable una corrección drástica y próxima de la actual situación.
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