Juicio injusto
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha calificado de injusto el juicio contra el líder rebelde kurdo Ocalan, condenado a muerte en 1999 -pena conmutada luego por la de cadena perpetua-, y ha solicitado a Turquía la repetición del proceso. Es una decisión que no condiciona directamente la apertura de las negociaciones de adhesión a la Unión Europea, que comienzan el próximo 3 de octubre, pero que difícilmente podrá ser desoída. Bruselas ya se ha anticipado a señalar que espera de Ankara el acatamiento del fallo en coherencia con los criterios de respeto de los derechos humanos.
Los grupos nacionalistas y el Ejército están cada vez más molestos por los planteamientos y las concesiones del Gobierno islámico en el proceso de adhesión europea. Hay divergencias de criterio entre el primer ministro, Erdogan, y el de Exteriores, más proclive a Europa. Una docena de diputados del partido gobernante se ha retirado recientemente por estimar que éste ha perdido contacto con los ciudadanos. Las últimas encuestas reflejan que crece el escepticismo de los que piensan que el país nunca entrará en la UE.
El caso de Ocalan es muy sensible para la ciudadanía turca. Su grupo, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, sigue considerado como una organización terrorista, no sólo por Turquía, sino también por Estados Unidos. La celebración de un nuevo juicio se demorará aún un cierto tiempo y, en teoría, no presupone que concluya con la puesta en libertad de Ocalan. La excarcelación de éste podría significar un paso para la solución del problema kurdo, pero resulta aún poco digerible para buena parte de la población turca.
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