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19.000 enfermos pendientes de operación están excluidos de la lista de espera

Los pacientes borrados tras haberles surgido "imprevistos" se han quintuplicado

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid deja en suspenso o saca de la lista de espera quirúrgica a más pacientes de los que contabiliza como pendientes de que se les realice una operación. A 31 de marzo de 2005 figuran 16.162 personas de toda la región en la lista de espera quirúrgica. Pero, según Sanidad, otros 19.446 pacientes han sido excluidos de esta lista por haberles surgido un imprevisto en el periodo preoperatorio -que hace que los médicos recomienden posponer su intervención- o bien porque los propios afectados han rehusado ser atendidos en los quirófanos de otro hospital que no es de su agrado o de su confianza. Estas personas siguen pendientes de ser intervenidas, pero no son contabilizadas en la lista de espera.

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La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, del PP, prometió dimitir si en noviembre de este año "algún madrileño" tiene que esperar "más de 30 días para ser operado".

Los que han sido excluidos de la lista constituyen "el limbo cruel", según el diputado socialista en la Asamblea Lucas Fernández, quien considera que éste es uno de los mecanismos que utiliza el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, para "maquillar los datos de la lista de espera quirúrgica".

Lamela aseguró el pasado 20 de abril que ningún madrileño tiene que aguardar ya más de 50 días para ser intervenido, y que la demora media no supera los 15,5 días. El titular de Sanidad sostiene que el número de pacientes en lista de espera se ha reducido a casi la mitad en sólo tres meses, al pasar de 30.217 en diciembre de 2004 a 16.162 el pasado 31 de marzo.

El grupo parlamentario socialista en la Asamblea está convencido de haber descubierto el truco para esta drástica reducción. "Es un burdo maquillaje, una operación de ingeniería contable", afirma el diputado Fernández. Según él, los pacientes que están en suspenso en la lista de espera tras haberles surgido un "imprevisto" han pasado de ser 2.941 el 30 de junio de 2004 a 13.477 (casi cinco veces más) el 31 de marzo de 2005. Además, los pacientes que rechazan ser operados en un centro privado también han aumentado drásticamente en el mismo periodo: de 3.393 a 5.969.El número de pacientes en espera estructural, o sea, los que realmente computan en los datos del consejero Lamela para la lista de espera, es de 16.162, mientras que los que están en suspenso o han rechazado ser operados en un centro privado suman 19.446, y éstos no se computan.

El 19 de abril de 2004, en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid se publicaron las causas de baja o suspensión temporal en el registro de la lista de espera quirúrgica. El artículo 28 del decreto que regula el registro unificado de pacientes en el plan integral de reducción de la espera quirúrgica especifica las siguientes causas para la suspensión temporal de la inclusión en la lista de pacientes.

En primer lugar se citan "causas clínicas que aconsejen demorar la intervención, sin que ello suponga que sea de forma definitiva o por desaparición de su indicación". El diputado Lucas Fernández ofrece una traducción muy gráfica de lo que ocurre en aplicación de esta norma. "Parece que se está presionando a los facultativos para que detecten las causas más peregrinas para suspender una operación: catarros, décimas de fiebre... Lo curioso y lo que debería explicar el consejero es lo siguiente: ¿Cómo es posible que ese número de pacientes llamados 'transitoriamente no programables' haya aumentado del 6,04% en junio de 2004 al 37,85% en marzo de 2005?".

La segunda forma de reducir el número de pacientes a la hora de contabilizar el tiempo de espera para ser operados, según el PSOE, consiste en computarlos como de "rechazo de centro alternativo". En el artículo 27.c del citado decreto del Gobierno de la Comunidad de Madrid se especifica que será causa de baja en el registro de listas de espera quirúrgicas "el rechazo por parte del paciente de la oferta del centro de intervención que realice la unidad central de gestión de lista de espera quirúrgica, si bien se respetará su antigüedad en la espera del centro de origen".

Este tipo de pacientes ha pasado de ser del 6,97% en junio de 2004 al 16,76 %, según los datos del PSOE. Lucas Fernández asegura que en este caso también se dan situaciones extrañas. "Se trata de pacientes a los que unilateralmente se traslada a una clínica privada que probablemente esté muy lejos de su domicilio y a ser operados por un médico que no será el que les ha tratado desde un principio, y es muy lógico que no quieran cambiar de una clínica pública a una privada, y tampoco de médico. No existe ninguna garantía de seguimiento del proceso posquirúrgico", continúa el socialista.

El PSOE, además, aporta los datos a 31 de marzo de dos hospitales de la Comunidad de Madrid. Uno grande y otro pequeño. En ambos casos -no quieren dar los nombres de los centros para evitar represalias con los trabajadores- los pacientes desplazados al llamado por el PSOE "limbo cruel" son más del doble de los pacientes que sí computan en la lista de espera estructural.

Nuevo registro

Según un portavoz de la Consejería de Sanidad, este hecho que denuncia Lucas Fernández tiene muy fácil explicación. Este portavoz no niega ni un solo dato de los aportados por el diputado socialista, pero asegura que "desde el pasado mes de enero el cómputo de las listas de espera ha cambiado". "Hasta entonces, en las listas informáticas que tenemos no constaban o no sabíamos el número de pacientes que estaban pendientes del preoperatorio. Desde la adecuación del sistema con el Registro Unificado de Listas de Espera Quirúrgica (RULEQ) y la entrada en vigor de la definición de lista de espera estructural el 15 de abril de 2005, no computan en la listas de espera las personas que están pendientes de preoperatorio", dice.

La explicación no le basta a Fernández, que califica esta justificación como de "imaginación contable". Para el parlamentario socialista, la promesa de dimisión de Esperanza Aguirre se refería "al momento en el que el médico prescribe una operación, o, siendo muy generosos, desde que el cirujano dice que hay que operar". "Pero es un insulto a la inteligencia que se pueda alargar hasta el infinito el preoperatorio y que este tiempo no compute", añade.

Desde la Consejería de Sanidad se asegura que, con el nuevo sistema informático, si el preoperatorio supera los 30 días ese paciente empieza a computar inmediatamente como uno más en la lista de espera quirúrgica estructural.

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