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Los países de América del Sur exigen a Israel que se retire de Palestina

La cumbre árabe-suramericana concluye con el compromiso de crear una sólida relación

Juan Arias

La I Cumbre de Países de Suramérica y la Liga Árabe se clausuró ayer con un fuerte respaldo a Palestina a través de una explícita petición a Israel para que se "retire de todos los territorios ocupados" y "desmantele todos los asentamientos y, entre éstos, los de Jerusalén Este". Además, los representantes de los 34 Estados (22 árabes y 12 suramericanos) se han comprometido a sentar las bases para una relación política, económica y comercial sólida.

El presidente brasileño, Lula da Silva, el principal promotor de esta primera cumbre (la siguiente está prevista en Marruecos en 2008), señaló en el discurso de clausura dos de los asuntos que marcaron el encuentro: el respaldo a la Autoridad Palestina y al nuevo Gobierno iraquí, representado por el presidente, Yalal Talabani, en la que ha sido su primera cumbre internacional. Lula, dirigiéndose a Mahmud Abbas, el líder palestino, afirmó que "sabe que la paz será un juego de paciencia, como el ajedrez, y sabe que así como tenemos prisa por conquistarla, debemos tener paciencia para construir la oportunidad política para alcanzarla".

Lula recordó que desde sus inicios en la política defendió la creación del Estado palestino, pero apuntó que nunca dejó de reconocer la existencia del Estado de Israel. A pesar de las medidas palabras de Lula, la causa palestina recibió un fuerte apoyo en la cumbre, que en su declaración final insta a Israel a retirarse de "todos los territorios ocupados" y a "desmantelar todos los asentamientos, entre ellos los de Jerusalén Este". El documento respalda la creación "de un Estado palestino independiente sobre la base de las fronteras de 1967". En el discurso y en el documento final también hay un explícito apoyo al proceso de democratización de Irak y al Gobierno de Talabani.

El secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amer Musa, agradeció el apoyo suramericano a Palestina e Irak y valoró el consenso en el sentido de que "la globalización debe estar al servicio de todos y no bajo la hegemonía de una única potencia", en una clara alusión a Estados Unidos. Por su parte, el presidente de Perú, Alejandro Toledo, habló en nombre de la Comunidad Andina, integrada por 12 países, y destacó que por vez primera "se ha establecido un diálogo entre estas dos regiones" que están "decididas a construir un mundo en el que sean respetadas las reglas internacionales". El presidente peruano explicó que, en lo político, Suramérica y los países árabes coincidieron en que es necesario "construir democracias fuertes, así como enfrentar la corrupción y el terrorismo". Toledo dijo que, tras esta primera cumbre, "ahora el desafío es hacer que la competitividad y la globalización permitan reducir las distancias entre ricos y pobres". "Hay que construir el grado de tolerancia necesario para aceptar nuestras diferencias religiosas y culturales", añadió. El grupo de 32 países también respaldó la candidatura del uruguayo Carlos Pérez del Castillo para el puesto de secretario general de la Organización Mundial de Comercio.

Tal vez el único momento que claramente ha dejado un mal sabor de boca en la cumbre ha sido la retirada anticipada de la delegación argentina. El presidente, Néstor Kirchner, abandonó la cumbre 24 horas antes de su clausura cuando aún no había sido aprobado el documento final y cuando estaba todavía previsto un encuentro del presidente argentino con el presidente brasileño. Ni Kirchner ni los ministros que lo acompañaban quisieron dar explicaciones del incidente.

Los diarios brasileños, que ayer publicaron varias fotografías del presidente argentino durmiendo o bostezando durante la cumbre, destacaron el hecho de que cuando el presidente peruano, hablando en nombre de los otros países de América Latina, destacó el papel del presidente Lula como líder del Cono Sur, todos aplaudieron menos Kirchner, quien, con cara de visible enfado, se levantó para ir a telefonear. Al subir al avión, el presidente argentino se limitó a decir que las negociaciones habían sido positivas y elogió la cumbre que estaba abandonando. Aunque la diplomacia de ambas partes quiso quitar hierro al asunto, lo cierto es que los problemas comerciales entre los dos gigantes suramericanos no acaban de solucionarse.

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El presidente venezolano, Hugo Chávez (derecha), conversa con su homólogo argelino, Abdelaziz Buteflika.
El presidente venezolano, Hugo Chávez (derecha), conversa con su homólogo argelino, Abdelaziz Buteflika.EFE

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