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Cerca de 20.000 mujeres se prostituyen en clubes de carretera, según la Guardia Civil

Un informe afirma que se ha incrementado la actividad de grupos delictivos organizados

La prostitución en clubes de carretera va en aumento. Un informe de la Guardia Civil señala que 19.154 mujeres vendían sexo en esos establecimientos en 2004. En 1999 lo hacían 9.590. La inmensa mayoría son extranjeras: sólo dos de cada 100 tienen nacionalidad española. Las cifras se refieren exclusivamente a la demarcación de la Guardia Civil: ahora custodia el 75% del territorio, sobre todo zonas rurales, donde vive el 38,5% de la población (en 1999 vigilaba el 90% del mapa). El instituto armado advierte del auge de este negocio desde 1995, nutrido con inmigrantes.

El número de mujeres que ejercen la prostitución en clubes de carretera ha aumentado un 99,7% y los establecimientos han pasado de 953 a 1.070 entre 1999 y 2004, según los datos que maneja la Guardia Civil. Sin embargo, el incremento puede ser mayor si se tiene en cuenta que las cifras de 1999 se referían al 90% del territorio nacional (donde vivía el 40,5% de la población), mientras que los del 2004 abarcan el 75% del mapa y el 38,5% de los habitantes (quedan excluidas las zonas urbanas, competencia de la Policía Nacional, y áreas que corresponen a las policías autonómicas vasca y catalana).

En su último informe, Tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, realizado a partir de las inspecciones en clubes de carretera en 2003 y 2004, el instituto armado indica que se estima que ocho de cada diez mujeres que se prostituyen lo hace en estos establecimientos. Pero se carece de datos precisos sobre la prostitución a nivel nacional.

En su estudio, la Guardia Civil afirma que la trata de personas para dedicarlas a la prostitución en España es "un problema de gran relevancia", debido "al incremento en los últimos años de la actividad de grupos criminales organizados, dedicados sobre todo a la captación e introducción de mujeres inmigrantes que son explotadas en nuestro país de muy diversas formas". El informe añade que la despenalización, en 1995, de algunas "conductas favorecedoras de la prostitución" permitió el desarrollo "de forma explosiva" de "una nueva industria alrededor del sexo". Posteriormente se ha endurecido la legislación para perseguir el tráfico de personas y el proxenetismo.

En las inspecciones realizadas en los clubes de carretera, la Guardia Civil encontró el año pasado a 19.029 mujeres que ejercían la prostitución (125 menos que en 2003). El 98% eran extranjeras (en 2000 este grupo suponía el 90%). La mayoría procede de Latinoamérica (58,4%) y Europa (34%). Las africanas son el 7,1%. Por nacionalidades, los grupos mayores son los de ciudadanas rumanas (3.900), brasileñas (3.789), colombianas (2.876), paraguayas (1.391), dominicanas (1.157) y rusas (1.003). Sólo 210 extranjeras y 15 españolas aprovecharon la presencia de los agentes en los clubes para denunciar que eran víctimas de explotación sexual.

Según el informe de la Guardia Civil, la mayoría de las mujeres dicen dedicarse a la prostitución voluntariamente, "aunque se observa que lo han hecho empujadas por dificultades económicas en sus países de origen". "Para llegar a España, entran en contacto con organizaciones que les facilitan los medios para el desplazamiento y para ocupar plaza en algún club a cambio de una gran cantidad de dinero", señala el estudio. Contraen una deuda que deberán saldar. "Una vez en dichos establecimientos, consienten con las condiciones laborales que, pese a saber que originan un enriquecimiento fácil de la organización a su costa, a ellas les reportan unos ingresos que les resultan satisfactorios". El trabajo puntualiza que también existen mujeres captadas bajo engaño. "Algunas logran escaparse y denunciar, pero otras se resignan a su nueva ocupación animadas, entre otras cosas, por "el incremento de las oportunides para ejercer esa ocupación bajo unas condiciones cada día más legales".

La Guardia Civil considera que se ha producido un cambio: "Hace pocos años se engañaba totalmente a las mujeres en los países de origen con el argumento de que vendrían a trabajar como camareras o asistentes del hogar. Una vez en España se encontraban encerradas en clubes obligadas a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. Ahora muchas de las mujeres se captan, e incluso se ofrecen ellas mismas a las organizaciones, sabiendo desde el primer momento que van a trabajar como prostitutas".

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