Un movimiento de impacto que caló hondo
"Sería poco razonable ser un impresionista veleidoso hasta la vejez, pero menos aún no haberlo sido nunca. El artista que haya vivido una relación de obsesión divina con el impresionismo habrá asegurado su vínculo con la realidad prototípica que respira el mundo". Quien así opina es Vladímir Leniaixin, historiador de arte del Museo de San Petersburgo y autor de uno de los textos del catálogo de la exposición.
Malevich, el artista más representado en la muestra, de quien se exhiben cuatro cuadros, constituye un ejemplo palmario de esta visión del impresionismo. Este pintor y teórico del arte vanguardista creó, a finales de la década de los años veinte, pinturas impresionistas que fechó entre 1903 y 1904 para llenar las "lagunas" en las etapas de su arte, siguiendo su propia teoría del "elemento adicional".
La exposición exhibe Paisaje con casa amarilla, Manzanos en flor, Boceto de pintura al fresco y La florista. Este último es uno de los diversos lienzos que Malevich pintó de modo "retrospectivo".
La visión impresionista es instantánea, apegada a la percepción del ojo. Serov, otro de los grandes pintores representados en la muestra, definió así su periodo impresionista: "Fue como si hubiese perdido la razón. A veces tiene que ser así para que resulte". La exposición muestra alguna de sus más famosas obras impresionistas, como Los niños.
Ver y sentir
A principios del siglo XX, el impresionismo había calado tanto en los severos artistas realistas como en los que más tarde se convertirían en cubistas y futuristas. Este fenómeno, según explica Natàlia Novosilzov, se observa en el neoprimitivismo posimpresionista de Goncharova y en el vanguardismo de Larionov, que no sólo pintaba, sino que "veía y sentía" de manera impresionista.
Otro de los grandes pintores rusos, Kandinsky, dibujó paisajes impresionistas entre 1898 y 1906. En la exposición pueden contemplarse Río en verano y Otoño, dos de sus paisajes llenos de frescor y luminosidad.
Entre la nómina de autores de la muestra se encuentran también Borísov-Musátov; Korovin, uno de los grandes difusores del impresionismo en Rusia; Makoski, muy famoso por sus fastuosos retratos y lienzos sobre temas históricos, pero que practicó el impresionismo en una vertiente "oculta" de su arte, o Repin, insigne pintor, dibujante y pedagogo que creó sus más importantes obras en estilo impresionista, entre ellas, la que está considerada una joya de la pintura rusa, En el banco de césped.
Las obras de Malevich y Kandinsky, que abren las puertas de la vanguardia rusa, son las que cierran el recorrido de la muestra.
La exposición ofrece hoy una "visita" con " tertulia" incluida a cargo de la comisaria, Natàlia Novosilzov.
Babelia
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