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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El primer descubrimiento

"Amai la veritá che giace al fondo, / quasi un sogno obliato, che il dolore / riscopre amica". Umberto Poli, nacido en Trieste en 1883, amó la verdad, ese casi sueño olvidado que el dolor le descubre como amiga, y ésa fue la historia de su vida. Detrás de estos versos no late la tristeza sino la vida, una vida cumplida con serenidad y verdad en el conjunto de sus poemas, reunidos en un solo volumen que lleva el título de Il Canzoniere, un título clásico, sereno y hermoso, donde hay lugar para el dolor y la alegría. Umberto Poli -Saba para la literatura- fue abandonado por su padre, se crió con su madre, se casó, tuvo una hija, fue un escritor casi secreto y, como su amigo Svevo, alcanzó la gloria literaria al final de sus días. Murió en 1957 en Gorizia. Hoy es considerado, junto a sus contemporáneos Ungaretti y Montale, el mayor poeta lírico de la Italia del siglo XX.

ERNESTO

Umberto Saba

Traducción de Isabel Verdejo

Pre-Textos. Valencia, 2005

180 páginas. 17 euros

En 1975 se publicó Ernesto, que comenzó a escribir en 1953, en una clínica romana. En realidad, no puede decirse que se trate de una novela; ni siquiera puede hablarse de relato pues, además, está incompleto, por lo que su intención narrativa quedó en suspenso. "Desgraciadamente", escribe Saba, "el autor es demasiado viejo, y está tan cansado e irritado, que no tiene la energía suficiente para escribirla". Lo que queda son cinco capítulos que cuentan el inicio al amor de un adolescente de 17 años y relata dos encuentros, uno homosexual y otro heterosexual con una prostituta. Saba recelaba del efecto que causaría esta historia y la consideró impublicable: no eran tiempos de explicitud, no confiaba en la recepción que pudiera tener este inicio a la vida de Ernesto. Evidentemente, el asunto homosexual y el uso de la prostitución empañarían, por razón de la moral imperante la verdad literaria del libro. Por eso su lectura, hoy, es doblemente instructiva: la verdad del libro queda al descubierto sin recelo y su verdad literaria se manifiesta esplendorosamente.

Ernesto no es un libro sobre las formas del amor sino un libro sobre el ingreso en la sexualidad de un adolescente, un ingreso que se manifiesta desde esa mezcla de inocencia y curiosidad con que un adolescente accede al primer descubrimiento del amor. Desde el adolescente es un relato de dos pasos elementales; desde el narrador, es el amor lo que se abre camino. La doble lectura es clara y extraordinaria y se fundamenta en un planteamiento que lo diferencia de los habituales: la naturalidad.

Por lo general, los relatos

que tratan de la iniciación al amor pecan de dramatismo; en lo que se refiere a lo homosexual, suelen cargar las tintas en el desgarro, la oscuridad y el exceso exhibicionista; el del burdel suele ser recargado, tembloroso y sórdido; en ambos casos la corrupción aparece como ruido de fondo y no como protagonista. En cambio, el relato de Saba es transparente, fluye con claridad y sonoridad, como un arroyo de montaña, la idea o imagen de corrupción brilla por su ausencia y la naturalidad de los hechos, los actos y los sentimientos, se apodera de las escenas como un soplo de vida. De hecho no cabe pensar en una definición amorosa por parte del personaje, ni de una tendencia u otra, pues es el contacto con la iniciación a lo amoroso lo que prevalece. Es más, ni siquiera podría hablarse de amor en sentido pleno, pues lo que aquí se relata es la relación entre la adolescencia y la curiosidad por el sexo que conduce -que conduciría aún más si el relato hubiera continuado- al amor.

En todo caso Saba, aunque dejara incompleto el relato, no pensaba haber pasado de cumplir con el paso de la adolescencia a la juventud respecto a la vida y respecto al amor. En varias ocasiones se alude a futuro -es una característica del relato- y se habla de un Ernesto cuyo amigo Ilio le arrebatará a la mujer amada, que se casará y llegará a... ¿Adónde? Tanto da. Saba sólo quiere contar ese maravilloso momento de la adolescencia en el que el mundo se abre a un muchacho. Un muchacho, por cierto, falto de padre como él. Saba, afectado de crisis nerviosas, fue tratado durante muchos años por un eminente psicoanalista, el doctor Weiss, y mostró un verdadero entusiasmo por el psicoanálisis; cabe pensar hasta qué punto Ernesto no es producto de una liberación interior, de un reencuentro con la infancia. Pero también, en uno de los poemas de Autobiografía leemos: "Mi padre fue para mí 'el asesino' / hasta que a mis veinte años lo encontré / Entonces comprendí que él era un niño / y que el don que poseo de él provenía / Tenía en su rostro mi mirada azul, / una sonrisa, en la indigencia, dulce y astuta / Siempre anduvo errante por el mundo; / más de una mujer lo amó y lo alimentó / Era alegre y ligero, mi madre / sentía todo el peso de la vida / Se le escapó de las manos como una pelota". Ugo Poli, el padre, era un aristócrata que los abandonó, se arruinó y murió en la indigencia. Este poema, que cito incompleto, es de 1924, cuando aún no ha comenzado su tratamiento; escrito en un año de crisis, revela un amor al entendimiento de la verdad de la vida y una limpieza expresiva y emotiva que será una característica de toda su obra y que culmina en la claridad y la belleza luminosas de su Ernesto.

La otra característica del libro -también sucede en su poesía, Saba es, sobre todo, poeta- es la ausencia casi total de metáforas e incluso de imágenes poéticas. La prosa de Saba es un ejercicio de depuración de la palabra, de la expresión. No hay casi imágenes propiamente dichas sino momentos descritos, incluso el narrador llega a hacer comentarios sobre el sentido de un suceso, sin que en ningún caso desemboque en la evidencia. Así como en la maravillosa escena con la prostituta logra con extrema sencillez y precisión extraer de ella lo que busca, la ausencia de corrupción, así consigue que todo el texto se muestre sin un adorno, casi desnudo. Su prosa ama también la "veritá che giace al fondo". Unas certeras palabra del gran poeta Mario Luzi respecto de su poesía responden a la perfección, a mi entender, a la singular desnudez de su escritura. Dice Luzi: "Ante todo, no parece ser una poesía inventada (el shock de la invención, de la hipótesis, de la asociación de imágenes, le es extraño) sino que más bien se revela como una poesía íntimamente vivida y a la vez recurrente, como en un ciclo inagotable". Leído lo cual, yo me retiro y dejo a los lectores en manos de esta no-novela, de este no-relato, de esta sucesión de escenas de suprema calidad literaria, cuya traducción, salvo alguna frase desconcertada, parece excelente.

El autor triestino Umberto Saba (1883-1957), según Tullio Pericoli.
El autor triestino Umberto Saba (1883-1957), según Tullio Pericoli.

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