El último 'cazador de nazis'
Efraim Zuroff no renuncia a capturar a los criminales de guerra 60 años después de la derrota del nazismo
Los expertos aseguran que decenas de miles de personas participaron en los asesinatos masivos cometidos por los nazis. No sólo alemanes sino, como recalca Raul Hilberg, autor de la obra de referencia La destrucción de los judíos de Europa, ciudadanos de los países ocupados, desde Francia hasta Ucrania, fueron responsables directos del Holocausto. Sin embargo, 60 años después del final del conflicto, la mayoría de estas atrocidades permanecen sin castigo: de los 7.000 guardias que pasaron por Auschwitz, sólo 750 fueron juzgados.
Efraim Zuroff, de 56 años, cazador de nazis, director del Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén e impulsor de la Operación Última Oportunidad, sabe que queda muy poco tiempo; pero no renuncia a que los responsables de atrocidades que todavía están vivos sean capturados y juzgados, sea cual sea su edad. "Nunca es demasiado tarde para hacer justicia porque el paso del tiempo no hace inocente a una persona culpable", asegura Zuroff en una conversación telefónica desde Jerusalén. "Es una cuestión de justicia y de verdad. De justicia, porque es muy importante que la gente que ha cometido crímenes contra la humanidad, aunque sea hace muchos años, sea juzgada, y de verdad para que los países se enfrenten a su realidad y reflexionen sobre el hecho de que muchos de los crímenes contra los judíos fueron cometidos por sus propios ciudadanos".
"No se trata de una cuestión de venganza, sino de llevar a acusados ante los tribunales", asegura Zuroff
Tras la retirada de los franceses Serge y Beate Klarsfeld -responsables de la busca y captura de Klaus Barbie-, y del propio Simon Wiesenthal, que en 2003 decidió abandonar sus investigaciones, Zuroff se ha convertido en el último cazador de nazis en activo y es consciente de que el tiempo juega en su contra. Incluso dentro del Centro Simon Wiesenthal es la única persona que se dedica ahora a la búsqueda de los responsables de la noche y niebla que cayó sobre Europa bajo el terror nazi.
La Operación Última Oportunidad, lanzada por ahora en nueve países (Alemania, Austria, Croacia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania), consiste en amplias campañas de publicidad para incitar a los ciudadanos a que denuncien a criminales de guerra a cambio de una recompensa de 10.000 euros. Antes de ser enviada a la fiscalía, cualquier denuncia es investigada a fondo. El método y la propia oportunidad de la operación han sido duramente criticados. "Es una acción superflua que no va a ayudar en absoluto a aclarar los crímenes del Holocausto porque utiliza los peores instintos de la avaricia más que la responsabilidad moral", dijo al semanario Der Spiegel el historiador Micha Brumlik cuando, en enero, la operación fue lanzada en Alemania. Zuroff tiene una respuesta clara: "Ofrecer una recompensa ha sido siempre una forma de encontrar a gente que no quiere ser encontrada".
Historiador y experto en la Shoah, Zuroff nació en EE UU y vive en Israel desde 1970. En 1980 se incorporó al departamento del FBI que busca a los criminales de guerra y en 1986 entró en el Centro Simon Wiesenthal. Su empeño ha sido la búsqueda de asesinos que huyeron a Canadá, Australia, Estados Unidos o Reino Unido y ha trabajado en los tres países bálticos y en Croacia en la persecución de perpetradores del Holocausto. En 1995 y 1996, viajó a Ruanda para asesorar a las autoridades en la búsqueda de genocidas. Zuroff tuvo un papel muy importante en la localización y captura de Dinko Sakic, comandante del campo de exterminio de Jasenovac, en el que el Estado fascista croata asesinó a cientos de miles de serbios y judíos entre 1941 y 1945. Localizado en Argentina, Sakic fue condenado en Zagreb.
Hasta ahora, 364 personas han sido investigadas dentro de la Operación Última Oportunidad y 79 casos han llegado hasta las fiscalías de los países donde se lleva a cabo. El miércoles, el Centro Simon Wiesenthal dio a conocer su informe anual, elaborado por Zuroff, sobre la persecución de criminales de la II Guerra Mundial entre el 1 de abril de 2004 y el 31 de marzo de 2005. En esos 12 meses, el número de investigaciones abiertas fue de 659 en 11 países (un 97% más que en el mismo periodo del año anterior). Pese a las críticas, Zuroff no está dispuesto a rendirse. "No se trata de una cuestión de venganza, de tomarnos la justicia por nuestra mano. Queremos que los acusados sean llevados ante los tribunales en un proceso justo en el que tengan la oportunidad de defenderse", afirma.
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