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VIOLENCIA EN IRAK

Una auditoría revela el descontrol financiero de la reconstrucción

La primera gran auditoría sobre el reparto del Fondo para el Desarrollo de Irak, que incluye los beneficios por la venta de petróleo, ha desvelado la existencia de cantidades de dinero desaparecidas, contratos pagados dos veces, libros de cuentas lavados e indicios de corrupción. Desde el Capitolio, algunos políticos consideran que el documento revela una situación que constituye un pésimo ejemplo para el nuevo Gobierno de Irak.

El Fondo para el Desarrollo de Irak (FDI) es una enorme cuenta corriente en la que se ingresan los beneficios de la venta de petróleo, las grandes cantidades de dinero congeladas en las cuentas secretas que el régimen anterior tenía en bancos extranjeros y los beneficios en metálico que dejó el programa de Petróleo por Alimentos.

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Estados Unidos ha ejercido el control absoluto sobre ese dinero; primero a través de la Autoridad Provisional de la Coalición y, tras su disolución, a través del Grupo Central de Apoyo Conjunto, que depende directamente de la Embajada estadounidense en Bagdad.

Los errores de contabilidad se deben en muchos casos a la incompetencia de los gestores -estadounidenses o iraquíes-, pero en otros parecen rozar modales corruptos. A la primera categoría pertenece el error de pagar dos veces a los constructores por una misma obra, algo que parece haber ocurrido en múltiples ocasiones. La auditoría desvela que ese desliz parece más bien producto de la falta de documentación y de recibos que de un ejercicio consciente de desvío de fondos. En muchos casos no existen recibos de los pagos, pero el dinero que falta se corresponde con el servicio contratado.

"Atención inmediata"

Otros casos son mucho más sospechosos, especialmente la desaparición de casi cien millones de dólares en sólo una de las zonas auditadas. Los autores del informe, realizado por la oficina del Inspector Especial para la Reconstrucción de Irak, consideran que ese caso específico "requiere una atención inmediata". De los 100 millones, siete simplemente no aparecen; el resto del dinero tuvo un destino imposible de determinar, aunque se va a estudiar en una investigación especial.

También han existido "controles nada adecuados" sobre los 8.800 millones de dólares que Estados Unidos transfirió al Gobierno interino; de igual manera, no existe documentación alguna sobre 20 millones de dólares para equipamientos en Bagdad y Kuwait cuyo paradero nadie logra determinar.

"Estados Unidos se está arriesgando a fomentar una cultura de corrupción en Irak", dijo ayer el senador demócrata Russ Feingold. La auditoría también ha detectado que algunos centros de administración de fondos que dependían del FDI han lavado los libros de cuentas y han encontrado dinero perdido al saber que estaban siendo investigados.

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