Berlanga y las "largas vacaciones" de la guerra
El director Luis García Berlanga acudió ayer a la Feria del Libro de Sevilla, junto al escritor Antonio Gómez Rufo, para intervenir en un coloquio dentro del ciclo Cine y Literatura. Berlanga habló con un grupo de periodistas en el Hotel Colón dos horas antes del inicio del acto. Amable y sonriente, con la afabilidad y la modestia de los auténticamente grandes, el director de El verdugo recorrió distintos momentos de su vida e, incluso, mostró su opinión sobre algunas de sus películas.
Y es que Berlanga había cogido la costumbre de no ver sus películas tras terminarlas. En Baeza rompió con esa costumbre y pudo comprobar si le gustan o no sus filmes. "En Baeza hicieron un cursillo de mi cine. Tenía que ver algunas de mis películas con mis alumnos. Vi seis películas", relató el director. Calabuch le decepcionó. "Me gustaron El verdugo, París-Tombuctú, que es quizás la más importante de mis películas, Plácido y Tamaño natural", explicó. De Bienvenido Mr. Marshall le agrada la primera media hora, justo hasta que llegan las escenas de los sueños. "Los sueños me parecen un pegote", zanjó el cineasta.
Berlanga presentó hace una década su película Todos a la cárcel en la prisión de Valencia. Al hilo de esto recordó que su padre estuvo en la cárcel por motivos políticos. Y es que la tradición política venía de lejos en su familia. "Mi abuelo fue senador de Sagasta. Casi siempre nos atrae lo que son nuestros padres. Yo me entretenía con los diarios de sesiones de mi abuelo", contó el cineasta. Eran diarios de sesiones que mostraban la política decimonónica, los vaivenes que vivían Cánovas y Sagasta.
Berlanga llegó a acompañar a su padre en la época de elecciones. "Y pensé que ya no me gustaba aquello", agregó. Su incipiente vocación política se fue al garete. La Guerra Civil le cambió la vida. "Una novela francesa que me enloqueció, El diablo en el cuerpo, de Raymond Radiguet, decía en el primer párrafo: 'qué fue para nosotros la guerra sino unas largas vacaciones'. Radiguet se refería a la guerra de 1914. Para mí, la Guerra Civil fueron unas largas vacaciones", afirmó. Berlanga ya no tenía que ir a estudiar a ninguna parte. Eso le dio el acceso a la cultura y a su vocación definitiva. "La cultura que tengo lo fue por la libertad. Me ilustré. Todo me vino por no estudiar en un colegio, fuese de jesuitas o fuese un instituto", dijo. La posibilidad de no tener que tragarse las lecciones en un aula le dio la oportunidad al cineasta de formarse por sí mismo, de obedecer a sus deseos para devorar libros y películas.
Berlanga también insistió en la necesidad de que el cine sea una industria. "El cine nace como industria y tiene que morir como industria", señaló el director valenciano, que desconfía de las subvenciones. "Lo de las subvenciones sólo supone odios, trampas... Que si uno pone la mano, que si éste es de tal partido... Eso sólo genera tensión", comentó. Berlanga puso como ejemplo para el cine el apoyo que recibe la moda española del Ministerio de Industria "con miles de millones en promoción".
Entre los actos programados para hoy en la Feria del Libro destacan:
- Presentación de publicaciones de la Diputación Provincial de Sevilla. A las 12.00 en la carpa Miguel de Cervantes.
- Conferencia de Pedro García Barreno sobre La medicina en el Quijote. A las 19.00 en la carpa Miguel de Cervantes.
- José Luis Sampedro ofrece una conferencia titulada El elefante de Rumí en el Salón Colón del Ayuntamiento a las 20.00.
- José Luis García Sánchez y Jesús Moreno intervienen en una mesa redonda titulada María Querida a las 20.00 en la carpa Miguel de Cervantes.
- Lectura poética de la Asociación de Mujeres Triana a las 20.00 en la carpa de prensa Bachiller Carrasco.
- Presentación de Palestinos, de Lola Bañón (autora) y Ana Ávila. A las 21.00 en la plaza Ínsula de Barataria.
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