Joaquín Leguina reúne en un libro sus recuerdos 'casi políticos'

Ironía y mordacidad inundan las páginas de Conocer gente. Recuerdos casi políticos (Aguilar), de Joaquín Leguina, el último libro publicado por el diputado socialista y escritor. "La política es un baile privilegiado para conocer gente, aunque algunas veces se trate de personas a las que uno hubiera deseado no ser presentado", afirma el autor, presidente de la Comisión de Defensa del Congreso.

Leguina (Villaescusa, Cantabria, 1941) asegura que no ha pretendido ajustar cuentas ni con el pasado ni con nadie y que lo que ha escrito "no son exactamente memorias sino recuerdos, porque las memorias hay que escribirlas después de muerto cuando uno está en el purgatorio", sentencia el escritor no sin cierta sorna. El autor no ha olvidado los "malos" momentos de su vida como político, como las mociones de censura en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid, o la crisis de la PSV. "No hay rencor, pero sí mordacidad".

Respecto al trato de la actual dirección socialista con los componentes de la generación de Felipe González, cuando tuvo una mayor presencia en la política activa, dice: "Nos han ninguneado pero no nos han maltratado. No pintamos nada pero no nos tratan mal".

Leguina explica que "no he pretendido hacer un ensayo, sino un libro que se lea bien y en el que aparecen distintos personajes, salpicado todo ello con anécdotas de sucesos ocurridos durante esa etapa de mi vida, que son todas desconocidas", aclaró durante la presentación de su nuevo trabajo literario.

El libro ofrece un repaso de la reciente historia política española desde la experiencia del autor, observador privilegiado al haber sido coprotagonista de los hechos. Se inicia en 1977, con los primeros pasos en política y la primera campaña electoral, y llega hasta el triunfo en 2004 de José Luis Rodríguez Zapatero, sin eludir la crisis que vivieron los socialistas en 1996 al perder las elecciones.

Por el libro discurren personajes como Enrique Tierno, Felipe González, Alberto Ruiz-Gallardón o el papa Juan Pablo II. De Ruiz-Gallardón asegura que su verbo era, "y es, rápido, brillante y, cuando quiere, demoledor, pero tengo un buen recuerdo de los duelos parlamentarios que tuve con él, y fueron muchos".

La situación política de las primeras elecciones, según el diputado Joaquín Leguina, "no se parece nada a la actual. Nos tocó, a mí en segunda fila, construir un Estado democrático que no había tenido nunca España".