Los jueces españoles podrán perseguir la ablación cometida en el extranjero
"Se ha lanzado un mensaje disuasorio y pedagógico sobre la ablación. Y por unanimidad", manifestó ayer, muy satisfecha, la diputada de CiU Mercè Pigem después de que el pleno del Congreso de los Diputados aprobase con el voto de todos los diputados la proposición de ley (de la que ella es ponente) para perseguir las mutilaciones genitales realizadas fuera de España. Pigem calcula que el texto entrará en vigor antes del verano, después de que complete el trámite parlamentario.
La medida pretende disuadir a aquellos inmigrantes que planeen aprovechar los viajes de vacaciones a sus países de origen para amputar los genitales a las pequeñas. Si lo hacen, se enfrentarán a la cárcel, a las mismas penas con las que se castiga la ablación practicada en España: entre seis y 12 meses de prisión.
"Son castigos severos que implican, además, problemas que afectan a su continuidad en el país", recalcó la diputada de CiU.
Hasta ahora, la ablación no se podía perseguir extraterritorialmente. La norma modificará la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) y completa la reforma del Código Penal efectuada la pasada legislatura. Ha sido enmendada por el PSOE, el grupo mayoritario en la Cámara, para perseguir a todos aquellos "que se encuentren en España".
El texto inicial de la propuesta, presentado por CiU, perseguía sólo a los residentes legales en este país. En la sesión de ayer, tanto el PNV como el principal partido de la oposición, el Partido Popular, defendieron que la medida afectara sólo a los residentes legales o ilegales. Ambas propuestas no fueron aprobadas.
Paso por el Senado
El siguiente paso del texto aprobado ayer por la Cámara Baja es el estudio por el Senado. "Allí pretendemos suprimir los seis meses que se necesitan para que entre en vigor", dijo Mercè Pigem, "de tal manera que en ese tiempo ya se pueda proteger a las niñas que estén en riesgo".
Aproximadamente 130 millones de mujeres sufren la mutilación genital, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una práctica habitual en distintas etnias de 28 países africanos y supone un rito iniciático o de purificación. Varía desde la extirpación del clítoris hasta la amputación de los labios mayores o su sutura. Las consecuencias van desde la muerte hasta infecciones que provocan esterilidad.
"El Código Penal español llega tarde, cuando se ha producido el daño", añadió la diputada Pigem. "Queda la tarea de impulsar medidas para educar a quienes tradicionalmente realizan estas prácticas, y apoyar a las asociaciones de mujeres que trabajan con las comunidades inmigrantes", concluyó.
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