La vicepresidenta insta a Marruecos a avanzar en el desarrollo político

Los políticos españoles que han visitado Marruecos en el último año han realizado con frecuencia encendidos elogios de la evolución del país vecino. En su primer viaje a la capital marroquí la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, fue algo más cauta. Insistió en que el Ejecutivo español comparte "la necesidad de avanzar en el desarrollo político y económico que lleva a cabo el Gobierno de Marruecos".

Tras entrevistarse con el primer ministro marroquí, Driss Jettu, Fernández de la Vega instó así a Marruecos a seguir ahondando su apertura política, para lo que, recalcó, puede contar con el respaldo de España. La vicepresidenta también se reunió con el ministro portavoz del Gobierno, Nabil Benabdalá, pero, durante su breve estancia, no vio al rey Mohamed VI ni a los responsables de Asuntos Exteriores porque se encuentran de viaje en los Emiratos Árabes Unidos y Singapur.

Pese a estas ausencias, el principal objetivo del desplazamiento de Fernández de la Vega era conocer de primera mano a algunas de las autoridades marroquíes y apalabrar las dos visitas que Jettu hará a España. La primera ha quedado concertada para junio, aunque tres meses después regresará, acompañado por varios ministros, para celebrar formalmente una cumbre con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Cumbres desiguales

Acordadas durante el Gobierno de Felipe González, estas cumbres anuales convierten en el principal interlocutor del presidente español, que detenta el grueso del poder ejecutivo, a un primer ministro marroquí con escasa autoridad. La Constitución de Marruecos atribuye al monarca el poder ejecutivo. A causa, entre otros motivos, de esta desigualdad entre jefes de Gobierno, ningún otro país europeo celebra este tipo de cumbres con Marruecos.

En su breve intervención ante la prensa, Jettu resaltó ayer "la colaboración" en la lucha antiterrorista entre los "cuerpos de seguridad" de ambos países y los "resultados que obtienen". "Hay que hacer más esfuerzos, hay que desplegar más medios", insistió este tecnócrata que hasta octubre de 2002 fue ministro del Interior. "La seguridad sólo puede ser garantizada", le hizo eco la vicepresidenta, "trabajando a fondo entre países vecinos y amigos". Fernández de la Vega, en otro momento, se refirió también a la actitud del PP respecto al Pacto Antiterrorista, para realizar "un llamamiento a la responsabilidad y la prudencia por parte del Partido Popular para pedirle que ponga fin a la utilización partidista" de ese acuerdo y animarle a "arrimar el hombro en la lucha contra el terrorismo".

Jettu declaró también que "confía en España para tratar con delicadeza el problema sensible" de la regularización de inmigrantes marroquíes, y su huésped española sorteó con habilidad una pregunta sobre ese campo de minas que es el conflicto del Sáhara Occidental.

La vicepresidenta evitó pronunciar la palabra "autodeterminación" de los saharauis, que exacerba a los marroquíes, pero tampoco abogó por un "acuerdo político", que es la fórmula preferida por Rabat. Habló, eso sí, de la necesidad de alcanzar "un acuerdo entre todas las partes [...] en el ámbito de la ONU y que respete la legalidad internacional".

Fernández de la Vega pidió, por último, que Mohamed VI acuda a Barcelona este otoño cuando se celebre allí el décimo aniversario del proceso de cooperación entre las dos orillas del Mediterráneo, puesto en marcha durante la presidencia española de la Unión Europea de 1995. Con tal motivo el Gobierno español desea reactivar esa dinámica.