_
_
_
_

España perdió más de 10.000 millones de inversión extranjera el pasado año

La mayor parte de las desinversiones fueron ventas de empresas a sociedades españolas

Lucía Abellán

España ha perdido más de 10.000 millones de euros de inversión directa extranjera en el último año. Las desinversiones -venta o liquidación de empresas- de compañías foráneas se dispararon un 150% en 2004, fruto de la pérdida de competitividad de España como destino inversor, de la fortaleza del euro, que encarece los costes de instalación, y del peor escenario económico al que se enfrentan estas empresas. No obstante, la mayor parte de las desinversiones consistió en transferencias a manos españolas, por lo que el negocio no desaparece.

Más información
"Dos o tres operaciones"
El déficit comercial aumentó el 43,4% hasta febrero

La inversión extranjera en España tuvo el año pasado su cara más amarga en el capítulo de desinversiones. Las empresas extranjeras con intereses en España vendieron o liquidaron activos por un valor de 10.547 millones de euros el año pasado. Son datos del Ministerio de Industria correspondientes al cierre de 2004, que evidencian un incremento del 150% en el volumen de desinversiones.

Industria resta dramatismo a estas cifras explicando que la mayor parte de esas desinversiones no implican un cierre de negocio, sino un cambio de titularidad: de manos extranjeras pasan a manos españolas. El 78% de esas operaciones son ventas. "Es una especie de renacionalización de empresas que antes tenían capital extranjero", reflexiona Silvia Iranzo, subdirectora adjunta de la Dirección de Comercio e Inversiones del Ministerio de Industria.

Del resto de operaciones que sí implican abandono de negocio, gran parte supone una liquidación parcial (es decir, reducción de capital). Sólo un 3,5% supone una verdadera huida de capitales.

La excelente salud financiera de las empresas españolas ha impulsado en gran parte esa mayor disposición a adquirir activos con sello extranjero. Las compañías incrementaron un 21,7% su beneficio en 2004, según datos del Banco de España. Los bajos tipos de interés, que inducen al endeudamiento, y la recuperación de la Bolsa han fomentado también ese ánimo comprador.

Leve crecimiento

Más allá de las salidas de capital extranjero, las entradas de nuevos capitales en España han mantenido una tendencia muy similar a la de 2003, con un leve incremento del 0,25% en la inversión bruta.

El año pasado entraron en el país 17.857 millones de euros, la gran mayoría en sociedades que no cotizan en Bolsa. Las discrepancias entre estas cifras y las que ofrece el Banco de España sobre inversión extranjera obedecen a que este organismo ofrece la inversión neta (a las inversiones se les restan las desinversiones), mientras que Industria proporciona la cifra bruta de capitales llegados al país.

La evolución más moderada de la inversión directa en estos dos últimos ejercicios se produce después de varios años de expansión. "Lo de los años 2000 y 2001 fue excepcional. Los niveles de ahora son más normales", asegura Juan José de Lucio, director del servicio de estudios de las Cámaras de Comercio. Las empresas que se marchan, según este experto, se basan principalmente en mano de obra poco cualificada, mientras que las nuevas inversiones persiguen la producción de valor añadido. "Pero la evolución es aún lenta", advierte. En efecto, de momento, los dos sectores líderes en recepción de capitales extranjeros son la fabricación de cemento y el comercio al por menor.

Pese a todo, son pocas las empresas extranjeras que llegan a España. Más del 80% de la inversión exterior proviene de sociedades ya afincadas, según Silvia Iranzo. La representante del Ministerio de Industria considera lógica esta situación: "Prácticamente todas las multinacionales están en España, tampoco hay hueco para mucho más".

No son los únicos motivos por los que España no recibe más flujos del extranjero. La falta de competitividad de la economía española es para muchos expertos un factor clave. El aumento del diferencial de precios con la zona euro y la falta de innovación ha disuadido a muchos inversores foráneos de poner sus ojos en España.

La aparición de paraísos de la inversión como China o los países del Este, con menores costes laborales, y la apreciación del euro, que encarece el presupuesto de las sociedades con monedas diferentes a la europea, constituyen también un freno a esas operaciones. "Hay mucho que hacer porque la inversión sufre también la pérdida de competitividad de la economía española", admite Juan José de Lucio.

El propio ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, manifestó recientemente en el Congreso su preocupación por la caída de los flujos extranjeros y aseguró haber creado un grupo de trabajo para analizar las causas.

Para este año, Industria mantiene un moderado optimismo respecto al nivel de inversión. Silvia Iranzo enumera las razones: "Seguimos teniendo un gran atractivo, los costes salariales son inferiores a la media europea, nuestras infraestructuras son muy ventajosas y el consumo español es muy dinámico".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_