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El gobernador de Buenos Aires planta cara al liderazgo de Cristina Kirchner en el peronismo y lanza un espacio propio

Axel Kicillof busca forzar una renovación del movimiento para enfrentar a Milei en las elecciones legislativas de octubre

Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner
Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner en una composición fotográfica.El País / Getty Images

Cristina Kirchner ha sido la líder del peronismo durante los últimos 15 años. La política que fue dos veces presidenta de Argentina retuvo el liderazgo del movimiento incluso durante el mandato de Alberto Fernández (2019-2023), a quien ella eligió como cabeza de una fórmula que la tenía como vicepresidenta. Pero desde la dura derrota sufrida por el peronismo en las elecciones presidenciales de 2023, su poder interno es disputado cada vez con más intensidad. El último en plantarle cara es Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más grande, poblada y rica de Argentina. Con los galones de haber sido reelegido en el cargo en la última elección y el apoyo de algunos pesos pesados del partido, Kicillof busca forzar una renovación del peronismo que pueda hacer frente a Javier Milei.

El exdelfín de Kirchner lanzó este fin de semana su espacio propio, Movimiento Derecho al Futuro. “El peronismo enfrenta un desafío histórico: reconstruirse para liderar una alternativa al experimento de ajuste y crueldad que lleva adelante el Gobierno nacional de Javier Milei”, arranca el documento con el que se dio a conocer el nuevo espacio, respaldado por 400 firmas, entre ellas de alcaldes, diputados, movimientos sociales y sindicatos.

Kicillof, de 53 años, tiene el cargo electivo con más poder de Argentina, después del presidente, y quiere hacerlo valer para las negociaciones de cara a las elecciones legislativas de octubre. Pide entender las razones de la derrota electoral de 2023, recuperar la agenda y traer ideas nuevas que representen a trabajadores, sectores productivos, la ciencia, la educación y la cultura.

Los políticos alineados con el gobernador bonaerense comienzan a expresar frente a los micrófonos lo que muchos peronistas piensan desde hace tiempo en voz baja: el descontento con las últimas candidaturas propuestas por Kirchner y el rechazo a su hijo, Máximo, en la conducción. Daniel Scioli, el hombre que la entonces presidenta designó como sucesor en 2015, integra hoy las filas mileístas como Secretario de Turismo, Deporte y Ambiente; Alberto Fernández, su candidato en 2019, ganó la Presidencia, pero dejó el poder con la popularidad por los suelos y su imagen se ha deteriorado aún más desde que fue denunciado por presunta violencia de género y por corrupción. Massa, el gran rival interno al que finalmente aceptó como candidato en 2023, encabezó la mayor derrota del peronismo de la historia reciente.

Referentes bonaerenses como Mario Secco, alcalde de Ensenada, aseguran que no quieren romper el espacio, sino tener voz y voto en la dirección del peronismo y en la conformación de las listas electorales. “Ser verticalista es que me hayan puesto a Scioli y no me gustaba y lo acompañé. Alberto no me gustaba, Massa tampoco, y los acompañé. No somos rompedores”, dijo este lunes en declaraciones radiales Secco, uno de los políticos que fueron fieles aliados de Kirchner, pero ahora han cambiado de bando. Los partidarios del gobernador lo reivindican como un escudo frente a la motosierra del líder ultra y como ejemplo de otra forma de gobernar.

El anuncio de Kicillof ha caído como un jarro de agua fría en el entorno de la expresidenta. Consideran que la jugada del gobernador divide al peronismo en los hechos. Critican, además, que haya elegido disputar el liderazgo opositor justo cuando el Gobierno de Milei atraviesa la peor crisis política de su mandato, desencadenada por la promoción de la criptomoneda $Libra a través de las redes sociales.

Kirchner preside este lunes el Consejo del Partido Justicialista con las aguas revueltas por Kicillof. La expresidenta ya vio su autoridad cuestionada meses atrás por un gobernador menor, el riojano Ricardo Quintela, pero salió airosa. La jugada de quien fue su último ministro de Economía supone un desafío mucho mayor. Los obligará a negociar o a pagar el precio de una ruptura en los resultados electorales.

El Congreso argentino ha eliminado las elecciones primarias, lo que fuerza a los partidos políticos a adelantar sus definiciones. A ocho meses de los comicios, Kirchner no sabe aún si el Senado aprobará la Ley de ficha limpia que la dejaría fuera de la carrera electoral por su condena por corrupción en segunda instancia. Las encuestas dan como favorito al partido de Milei, La Libertad Avanza, que apuesta a gobernar la segunda mitad de mandato reforzado en las dos cámaras legislativas. Cualquier división del peronismo en las urnas debilitaría aún más al gran partido opositor.

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