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Médicos Sin Fronteras analiza el papel de las ONG en las guerras

La guerra justa. ¿Y si aquel concepto, en cuyo nombre las grandes potencias -entre ellas Estados Unidos- llevaron guerras a los cuatro puntos del planeta (Somalia, Timor Oriental, Afganistán, Irak...) para aportar paz, libertad y democracia no fuese justo? ¿Hasta qué punto esas guerras son justas para la población civil que no se beneficia de la liberación prometida; en otras palabras, que sigue muriendo? Son las cuestiones que se plantean médicos y periodistas en el libro A la sombra de las guerras justas. El orden internacional y la acción humanitaria (Icaria), presentado en Madrid por Médicos Sin Fronteras-España (MSF-E).

"Decir que la ayuda humanitaria acompaña una acción militar de una guerra justa es una idea falaz". Rafael Vilasanjuán, director general de MSF-E, es rotundo. Critica la visión tradicional según la cual una guerra incluiría acción militar y ayuda humanitaria; un conjunto que emanaría de los Gobiernos que decidieron la guerra. "Esa confusión", añade Emilia Herranz, presidenta de la organización, "afecta a nuestra labor". "En Irak, perdimos a cinco voluntarios. El problema es la apropiación del mensaje humanitario por una acción militar", afirmó.

Tras recordar la multiplicación de acciones militares en el mundo, ambos insistieron en que mucha gente seguía muriendo en silencio, porque nadie atendía a sus necesidades. "Nuestra función", recordó Vilasanjuán, "es atender a la gente que más lo necesite, sea donde sea". Y reclamó por ello "independencia": política y económica.

Independencia financiera

Muchas ONG dependen de las ayudas financieras que los Gobiernos llevan consigo al país liberado, sin las que no podrían llevar a cabo su misión. Vilasanjuán aseguró que MSF-E no había recibido ninguna ayuda de las fuerzas involucradas en las guerras de Afganistán y de Kosovo, por ejemplo. MSF-E es una gran ONG, que cuenta con más de dos millones de socios y que tiene diversas fuentes de dinero. ¿Cómo hacen las pequeñas ONG? ¿Rechazar el dinero bajo el riesgo de deber irse del país?

"Se debe renunciar al dinero de las partes en conflicto", contestó el director general de MSF-E. "Porque las organizaciones acaban adaptándose a los objetivos políticos". La idea es que las ONG no actúan donde los Gobiernos no tienen intereses. Herranz matizó las palabras de Vilasanjuán: "Tenemos mucha suerte, y es verdad que muchas ONG se enfrentan al dilema de aceptar o no un dinero, de estar o no estar". "Grandes organizaciones como MSF tienen que liderar este debate sobre la independencia", concluyó.

El libro debate el papel de las ONG en situaciones de posguerra; sobre sus relaciones con los Gobiernos que decidieron la guerra y que, generalmente, controlan los fondos, y con los ejércitos desplegados. Una lectura que también recuerda la existencia de zonas grises del planeta, donde los principios de libertad y democracia -a pesar de la presencia de misiones internacionales de paz- no son tan importantes.

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