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El interés de los británicos por otros destinos frena el ritmo de la inversión inmobiliaria en Alicante

El consulado del Reino Unido lo atribuye a la criminalidad y la "perversa" aplicación de la LRAU

La llegada de residentes británicos a la provincia de Alicante ha sufrido una desaceleración con unos indicadores de crecimiento por debajo del 5% en los últimos dos años, según confirma el cónsul británico en la Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete, Russel Thompson. Su correlato ha sido el freno de las inversiones inmobiliarias del principal mercado, que ya casi es alcanzado por el alemán, según la patronal inmobiliaria en Alicante. Los altos índices de criminalidad y la "perversa" aplicación de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) explican, según el consulado, el fenómeno.

El miedo se refleja en la caída en un 30% de las ventas de chalés y del precio en un 20%

Hay un desvío de los ciudadanos del Reino Unido, la principal colonia de extranjeros europeos residentes en la Comunidad Valenciana, a nuevos destinos como Croacia, Turquía, Marruecos y Túnez. La patronal inmobiliaria alicantina Provia corrobora la bajada de inversiones de la clientela británica, si bien achaca el descenso a la subida de los tipos de interés en el país de procedencia y a la peculiar situación económica que atraviesa.

Los británicos residentes, incluidos los que viven de manera reglada y los no censados, constituyen la población de extranjeros europeos más abultada de la Comunidad Valenciana y, por tanto, representan el principal mercado inversor inmobiliario. Según los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2003, los nacidos en el Reino Unido residentes legalmente en territorio valenciano son 27.317, de los que el 89% están instalados en la provincia de Alicante. Pero la cifra real de británicos es, por lo menos, siete veces mayor a la reglada, según estimaciones del Consulado Británico, con sede en Alicante. Según cálculos de este organismo, la población británica residente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete oscila entre los 180.000 y 200.000 ciudadanos. Aunque la gran mayoría se concentra en la provincia de Alicante. Las áreas donde gravita el grueso de la población británica se sitúan entre Santa Pola y San Pedro del Pinatar (Murcia); Benidorm y su comarca, y las poblaciones de la Marina Alta. Sin embargo, la imparable llegada de británicos, que hasta 2003 se situaba en una tasa por encima del 7% anual, ha sufrido un brusco parón. El cónsul británico, Russel Thompson, remarca que sus compatriotas conocen la "elevada criminalidad" en la provincia de Alicante, su destino hasta ahora preferido, y "saben que es la más peligrosa de España" merced a los medios de comunicación. Entre la población británica, agrega el cónsul, circula la información de que "no vale la pena invertir en viviendas en la Comunidad Valenciana tanto por los riesgos de expropiación como por la inseguridad".Jesualdo Ros, secretario general de la Asociación Provincial de Promotores de Vivienda de Alicante (PROVIA), corrobora la bajada de inversiones de la clientela británica, si bien achaca el descenso a la subida de los tipos de interés en el país de procedencia, que se sitúa en seis puntos. "Los motivos son fundamentalmente económicos. A la inflación del precio de las vivienda se ha sumado el aumento de los tipos de interés en Gran Bretaña", dijo. "Ha disminuido el ritmo de las compras lentamente, pero no es nada alarmante", añadió Ros. Según el secretario general de la patronal, el mercado alemán ha cogido el relevo del británico.

La patronal de firmas inmobiliarias instaladas en La Marina Baixa, donde medio centenar de empresarios ha creado una plataforma ante la oleada de asaltos violentos a viviendas, corrobora, sin embargo, la afirmación del cónsul y dice que el miedo de la población se refleja en la caída en un 30% de las ventas de chalés, en el último año, y en el desplome del precio en un 20%. Otra variable que corrobora el temor de los residentes es el aumento en un 10% de las empresas de seguridad privada.

La masificación urbanística de la costa es otro de los factores que, según el cónsul, explica la fuga de los británicos a destinos con mayor calidad ecológica.

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Según un estudio no actualizado de la firma de análisis sectorial DBK, los extranjeros adquirieron en 2002 viviendas costeras con una inversión inmobiliaria que alcanzó los 4.000 millones de euros. Los turistas se revelaron como una variable clave en el auge de la construcción en la Comunidad Valenciana y, por tanto, en el encarecimiento de la vivienda nueva, con aumentos superiores al 15% anual de media, en el período 2000-2002. El citado estudio pronosticaba que el peso de la inversión extranjera en el mercado de segunda residencia en la costa mediterránea crecería en los años siguientes hasta suponer el 50% de las ventas totales. Para el presidente de Live in Spain, asociación que agrupa a una treintena de empresas que se denominan exportadoras inmobiliarias, Manuel Gandarias, el turismo residencial es un eficaz soporte de la actividad inmobiliaria que equilibra la inevitable desaceleración de la demanda interna de vivienda.

El PSPV ha denunciado en reiteradas ocasiones que el modelo urbanístico y especulador del PP en el litoral alicantino no ha ido acompañado de un plan de preservación del medio ambiente. De esta forma, las deficientes infraestructuras de depuración de las aguas residuales son el origen de los graves problemas de calidad de las playas, falta de agua para el consumo e inundaciones en muchas urbanizaciones.

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