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Reportaje:

El euskera, como inspiración

Diez escritores estadounidenses 'juegan' a hacer versiones del poema 'Kukua', de Kirmen Uribe

El escritor Kirmen Uribe (Ondarroa, 1970) no resulta un desconocido en Nueva York. En octubre del año pasado, en compañía de Mikel Urdangarín, Rafa Rueda y Bingen Mendizabal actuó en la ciudad con un espectáculo que aunaba la lectura de poemas, con la música y proyecciones de vídeo. Además, Uribe ya ha publicado varios poemas en revistas de prestigio, el primero en The New Yorker, gracias a la labor de traducción que le realiza la poeta neoyorquina Elizabeth Macklin.

Un poema de Uribe en euskera, Kukua (El cuco), y su correspondiente versión en inglés, fue elegido el pasado diciembre por la revista neoyorquina Circumference para una postal que envió a todos sus suscriptores, entre ellos varios escritores, invitándoles a que realizaran sus versiones. El número de este mes publica las versiones libres que de ese poema crearon diez escritores de Nueva York, algunos utilizando simplemente dos palabras del mismo en euskera dándoles otro sentido.

El escritor se halla inmerso en la construcción de su primera novela

"Lo de Circumference ha sido un poco especial, porque era como un juego. Los suscriptores tenían el original en euskera y la traducción al inglés y se han basado en ello", explica Uribe. "Al final, la poesía es, sobre todo, comunicación y con esta iniciativa se ha logrado eso, que haya comunicación entre otros autores estadounidenses y yo", indica.

Aunque la obra de Uribe está escrita originariamente en euskera, su lengua "materna y literaria", el autor persigue que llegue a un público lo más amplio posible, para lo que se muestra favorable a su traducción. "Siempre he pretendido no escribir exclusivamente para el lector en euskera, sino para el mundo, o más bien para lo que se llama la República de las Letras, que son los lectores de todo el mundo", asegura.

Él mismo se ha encargado de verter al castellano sus poemas, reunidos en Bitartean heldu eskutik (Susa), aunque con la ayuda de traductores. Esta versión ha sido publicada por Visor con el título Mientras tanto dame la mano. "Me siento capacitado para traducir yo solo, pero me gusta que haya una cierta distancia del original", comenta y apunta que de cada idioma surge una versión diferente del poema.

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"Conocer dos idiomas enriquece muchísimo a un escritor. Al final, cada lengua es una manera de poner nombres a las cosas, es una mirada distinta. Y de eso se trata cuando se escribe, de nombrar", comenta.

Uribe, quien se dio a conocer literariamente como poeta, no ha vuelto a detenerse en ese género. Ha publicado dos cuentos para adolescentes con el mismo personaje, Garmendia, y otro para niños más pequeños sobre el racismo, No soy rubia ¿y qué? (Editores Asociados; Elkar en su versión en euskera). Ahora se halla inmerso en lo que será su primera novela.

"Escribir sólo un género te limita mucho como escritor. A mí la poesía me ha dado mucho, he aprendido mucho con la poesía", dice, aunque ahora tiene poco tiempo para los poemas. "Sigo haciendo poesía, pero la novela me lleva mucha energía. Sobre todo, la arquitectura misma de la novela, cómo ordenar todo", agrega.

Según narra el autor de Ondarroa, residente en Vitoria, su decisión de empezar a publicar fue tardía. "En la vida de escritor hay dos etapas: primero, la de formación, en la que te preparas y lees, y luego en la que empiezas a considerarte realmente escritor. Yo no quise publicar hasta muy tarde, porque le tenía un gran respeto al libro y también porque hay que cuidar la trayectoria de cada uno, no hay que precipitarse", indica.

La forma de trabajar de Uribe es distinta si se trata de un género u otro. "Los poemas se escriben enteros en la cabeza y luego en un papel. La poesía tiene mucho que ver con la música. Creo que un poema surge como surge una canción en la mente de un músico", explica. En el caso de la ficción, el autor de Mientras tanto dame la mano opina que ésta tiene que ver mucho más con la relación causa-efecto. "Eso es algo que a mi me ha causado muchos problemas. La estructura abierta de un libro de poemas va más conmigo, con mi forma de ser", confiesa.

Además, la poesía es un vehículo más apropiado para lo que hasta ahora ha deseado contar. "Recojo momentos. Lo que más me interesa ahora es recoger los momentos y ésa es una posibilidad que te da la poesía", indica. Sus poemas retratan momentos de la vida. "Lo que pasa es que en poesía lo más importante es lo que no se cuenta, la elipsis. En poesía sólo aparecen las frases que son necesarias; lo demás, desaparece pero está ahí. Los poemas son edificios creados con el silencio", concluye.

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