Tres profesoras de una 'ikastola' alavesa fallecen en un accidente de tráfico

Tres profesoras de la ikastola de Lanciego (Álava) fallecieron durante la madrugada de ayer en un accidente de tráfico ocurrido cerca del pueblo. En el siniestro también resultaron heridas de gravedad otras dos profesoras del centro que viajaban en el mismo vehículo que las fallecidas, así como los dos varones que ocupaban la furgoneta con la que chocaron las docentes. La ikastola suspendió las clases y el Ayuntamiento ha decretado tres días de luto.

La localidad, situada en la Rioja Alavesa a 13 kilómetros de Logroño y 70 de Vitoria, vivió ayer con enorme pesar y dolor lo ocurrido. En un clima de gran consternación, el Ayuntamiento celebró un pleno extradordinario en el que se aprobó por unanimidad los días de luto y se propuso a la junta rectora de la ikastola el cambio de nombre del centro. Si la junta accede, la ikastola pasará a llamarse Miren Lourdes Arrieta, una de las profesoras fallecidas y fundadora del centro. Las docentes estaban preparando para el próximo junio la fiesta para conmemorar los 25 años de vida de la ikastola.

De las tres profesoras fallecidas, dos de ellas, Miren Lourdes Arrieta, de 47 años y vecina de Lanciego, y Oihana Torrealday, de 27 y con domicilio en Mondragón, ejercían este curso en la ikastola. Adela Mantas, de 42 años y con residencia en Amorebieta, no impartía clases este curso en el centro, aunque sí trabajó en el mismo durante varios años. Las dos heridas son Eider Ruiz de Hidalgo, natural de Bilbao, y Begoña Hormaetxea, de 33 años y con domicilio en Busturia. El siniestro deja así a la ikastola sin cuatro profesoras para este curso, lo que representa casi un tercio de la plantilla, integrada por un total de 13 docentes.

La consejera de Educación, Anjeles Iztueta, visitó en la mañana de ayer a los profesores, que aún no se creían lo que les había ocurrido a sus compañeros. Iztueta garantizó que el centro contará el próximo lunes con los profesores sustitutos necesarios para que el curso pueda concluir con la mayor normalidad posible, aunque va a resultar complicado. La consejera también puso a disposición de la ikastola un equipo de psicólogos. El centro educativo cuenta en la actualidad con 80 alumnos de 2 a 12 años y aglutina a los escolares de las localidades de Lanciego, Elvillar y Cripán, fundamentalmente.

Regreso de Logroño

El accidente se produjo sobre las tres y media de la madrugada de ayer en la carretera comarcal A-124, cuando las profesoras regresaban de Logroño, ciudad a la que habían acudido para celebrar un cumpleaños. Por causas que se desconocen, su coche, un Nissan Primera matriculado en Vitoria, colisionó frontalmente contra una furgoneta Mercedes Benz Vito, en la que viajaban S.M.H y S.A., ambos de 27 años y de nacionalidad paquistaní.

Tras el impacto, el vehículo de las docentes se salió de la calzada y chocó contra una roca, mientras que la furgoneta se quedó cruzada en la calzada hasta que la Ertzaintza la retiró. La zona donde se produjo la colisión dispone de tres carriles, dos hacia Logroño (uno para adelantar camiones y vehículos lentos) y otro con destino a Laguardia. Las docentes viajaban por este último para salir por el desvío a Lanciego. Se trata de una zona con visibilidad, pero según los vecinos ya se han registrado allí varios siniestros.

El alcalde de la localidad, Alfonso González, fue uno de los primeros en conocer lo ocurrido. A última hora de la mañana de ayer aún le costaba asimilarlo. "Es una enorme tragedia para las familias, para el pueblo y para toda la comunidad". Una de las fallecidas, Miren Lourdes Arrieta, era además de profesora concejal de Cultura, cargo al que había accedido en la actual legislatura. Como responsable de este área, ella fue una de las encargadas de organizar la undécima fiesta de la Vendimia, celebrada en septiembre pasado en la localidad, de unos 700 vecinos.

Los profesores de la ikastola permanecieron ayer reunidos durante gran parte de la mañana. "Hoy no es tiempo de palabras, hoy es un día para las lágrimas", acertó a decir una de las maestras. "Estamos deshechos de dolor", dijo otra con un hilo de voz y los ojos a punto de estallar en lágrimas. Karmele Etxenagusia, la directora, repetía que Miren Lourdes era "el alma de la ikastola". El dolor de los docentes apenas pudo ser mitigado por la presencia de cinco niños que depositaron cinco macetas con flores en el centro para recordar a las fallecidas y heridas.

La pesadumbre se apoderó de todos los rincones del pueblo. "Costará mucho superar esta tragedia", comentaba con enorme tristeza Andrés, uno de los padres de los niños que estudia en la ikastola y que no volverá a oír la voz de su maestra.