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Columna
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La generosidad de Baltasar Porcel

Este año, un grupo nutrido de tres escritores no va a firmar libros por Sant Jordi, como protesta por la banalización de la jornada. Una de las cuestiones que reivindican es "la regulación de la publicidad endogámica", cosa que me parece muy bien. Es muy poco elegante aprovechar tu plataforma mediática para hacer propaganda de tu libro, porque supone un agravio comparativo para los que no tienen plataforma. Uno de los tres reivindicantes es mi admirado Baltasar Porcel. Y Porcel es mediático, así que, por coherencia con lo que pide, se habrá visto obligado a no conceder entrevistas al programa de radio y al periódico en los que colabora. Pero ¿debemos los lectores renunciar entonces a la información sobre su obra? Sería una injusticia. Por eso, Porcel ha ideado un nuevo sistema publicitario, que revoluciona para siempre el mundo de la endogamia: dedicarse un artículo a sí mismo con motivo de la publicación de su libro.

La idea es genial, y creo que todos los escritores preocupados por la endogamia debemos imitarle. Por supuesto, el texto que Porcel se dedica es una pieza maestra que va más allá de la mera publicidad. Está fechado el 25 de noviembre del año pasado y empieza así: "Publico estos días un libro, Geografías expectantes (L'Esfera dels Llibres), que no existiría sin esta columna, que comenzó en 1982. ¿Es periodismo a pie de obra? Claro. ¿Es una visión del mundo? Sin duda. Y ya agavilla alrededor de 7.000 artículos -el libro recoge sólo 135 y recientes, reordenados-, que constituyen uno de los trabajos de más envergadura y convicción que haya llevado a cabo". Como ven, las palabras del propio autor pueden usarse perfectamente como frase promocional de la faja del libro. Yo ya lo estoy viendo. Se podría poner: "Uno de los trabajos de más envergadura y convicción que haya llevado a cabo Baltasar Porcel". Y a continuación, la firma del que lo ha dicho. En este caso, Baltasar Porcel. Pero en el artículo, Porcel también nos deleita con los elogios que le han hecho los demás. Por ejemplo, los del novelista Tahar Ben Jelloun: "En cada columna tuya", escribe Porcel que le dijo Ben Jelloun, "siempre hay algo que interesa, se esté de acuerdo o no". Y tiene más razón que un santo.

Pero, por favor, que nadie piense que el artículo que se dedica Porcel sólo es una nota de prensa escrita por la pluma de un maestro. Lo es, claro, pero va mucho más allá y también ofrece a los devotos lectores un rayo de esperanza. En efecto. Unas líneas más abajo (después del elogio de Ben Jelloun) el escritor nos hace una confidencia que, de convertirse en realidad, sería una de las mejores noticias para los catalanes en el Año del Libro y la Lectura. Vean con qué sencillez nos lo confiesa: "Podría, entonces, escribir varias columnas cada jornada, dependería de la intensidad de mi sentimiento, función mental, información, ante los estímulos que se suceden". ¿Se dan cuenta? Porcel podría escribir más de un artículo al día. ¡Ojalá fuese verdad! Somos muchos los lectores que con una sola columna diaria suya no tenemos bastante. Para saciarnos, necesitaríamos dos, tres, cinco... Soñar es gratis, sí. Y yo sueño que mi autor preferido dedica cada día, por ejemplo, la quinta de estas cinco columnas a glosar su obra completa. Ya lo decía ese famoso onanista: "Por muy bien que me lo hagan los demás, nadie me lo sabe hacer mejor que yo mismo".

Desde aquí, pues, espero que todos los escritores preocupados por la publicidad endogámica hagan como el autor de la novela sobre la víscera palpitante de un puerco salvaje (estoy intentando no hacerle propaganda a El cor del senglar). Para dar ejemplo, yo empezaré la semana que viene. Si no les importa, les recordaré el título y el precio de mi último libro (que, por cierto, también "constituye uno de los trabajos de más envergadura que haya llevado a cabo"). Lo que yo escriba sobre mí misma siempre será mejor que lo que escriban algunos periodistuchos indocumentados. Asimismo les incluiré las mejores frases pelotas que he merecido. Espero que valoren el sacrificio, porque, si no, el año que viene (coincidiendo con que no sacaré libro) me veré obligada a no ir a firmar por Sant Jordi.

moliner.empar@gmail.com

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