Juan Eslava Galán publica 'Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie'
Ha sido el novelista Arturo Pérez-Reverte quien ha puesto título al último ensayo de Juan Eslava Galán: Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie (Planeta). Y es que Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948) ha intentado ser tan imparcial que está seguro de que a ninguno de los dos bandos convencerá su relato de los hechos.
"El fanatismo ideológico de los nacionales y los republicanos aún hoy les impide contar todo lo que nos avergüenza de nuestro propio pasado", afirma el escritor.
Sus últimas dos novelas -Señorita (premio Fernando Lara) y La mula, que se va a llevar al cine- también están ambientadas en la contienda. "La Guerra Civil me ocupa mucho porque es una herida sin curar, un cadáver mal enterrado, que huele. Mientras, en otros países europeos tras la II Guerra Mundial han conseguido superarlo", argumenta el ganador del Premio Planeta 1987 con En busca del unicornio. "Superarlo no es cuestión de tiempo, sino de pensamiento, de talante".
El autor de España contada para escépticos piensa que la bibliografía de historiadores españoles se decanta hacia uno de los lados y, en su opinión, sólo se encuentra imparcialidad en extranjeros como los británicos Paul Preston y Gabriel Jackson. "Los autores ignoran a los que no piensan como ellos. Me llama la atención que los de izquierdas no mencionen a Ricardo de la Cierva, que tiene una obra extensísima", se sorprende. "España tiene un espíritu cainita y ya tenemos cultura suficiente para superar la guerra. Uno no tiene la culpa de lo que hizo su abuelo, pero aquí, por ser católicos, tenemos el estigma del pecado original", reflexiona.
Diálogos
Eslava Galán, que cuenta con una gran biblioteca sobre la contienda, se ha servido de "entrevistas, de las confesiones que muchos escribieron y de una documentación muy amplia. Este libro lo he ido escribiendo poco a poco", continúa... "Tomaba muchas notas de lo que leía y un día decidí sistematizarlas y redactar. Eso me ha llevado un año y he tenido que reducir mucho porque no quería hacer varios volúmenes".
Finalmente, Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie tiene 376 páginas. "Ha sido un esfuerzo agotador para tratar de que se pueda leer con ligereza pero sin que se note el trabajo que está detrás del autor", dice. "Utilizo, por ejemplo, diálogos para suministrar información y cuando se trata de personas conocidas reproduzco sus propias palabras". El ensayista, cansado ya de la Guerra Civil tras escribir tres libros seguidos sobre el tema, prepara ahora una novela ambientada en la Edad Media, periodo de la historia sobre el que versó su tesis doctoral.
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