Epopeya local

Cierto cine americano ha llegado a tal nivel de caricatura de sí mismo que es capaz de vender lo invendible como una gran epopeya. Es el caso de Coach Carter, una de esas películas de superación personal más grandes que la propia vida, de triunfo más allá de las adversidades, de orgullo y de principios intachables. Todo ello, basándose "en una historia real" . Lo que cuenta es el itinerario de un equipo de baloncesto de instituto que a lo máximo que llega es a ser eliminado en la primera ronda del play off en el torneo del Estado de California.

La gracia de la historia reside, sin embargo, en el hecho de que el entrenador suspendiera los entrenamientos y dejara de presentar al equipo a los partidos porque sus miembros no habían superado la nota que él mismo les había impuesto como condición en las clases lectivas.

Una premisa curiosa que podría dar para una pequeña producción en la que se analizaran con cierta seriedad las condiciones sociales de los alumnos, pero nunca para una gran producción de 30 millones de dólares y ¡dos horas y cuarto de metraje! Así se van sucediendo todos los tópicos.