El kurdo Talabani tiende la mano a la insurgencia al ser elegido presidente de Irak

Irak tiene nuevo presidente. El Parlamento transitorio designó ayer al kurdo Yalal Talabani, después de que las dos listas ganadoras de las elecciones de enero -chií y kurda- consensuaran los nombres de varios cargos suníes. Talabani se apresuró a tender la mano a los insurgentes que no están afiliados con fuerzas extranjeras, un gesto imprescindible para frenar la violencia política que ensangrenta Irak desde el derribo de Sadam Husein. La sesión fue altamente simbólica. Además de avanzar otro paso hacia la formación del nuevo Gobierno, es la primera vez que un kurdo alcanza la jefatura del Estado. También la primera en que un no árabe preside un país árabe. Y Sadam Husein lo vio por televisión desde la cárcel.

"Los iraquíes que han tomado las armas para luchar contra las fuerzas extranjeras son nuestros hermanos y podemos hablar con ellos", declaró Talabani tras su elección por la Asamblea Nacional transitoria. No obstante, el nuevo presidente precisó de inmediato que eso no incluirá a quienes se alían a Al Qaeda, a quienes tachó de criminales.

"Las bandas que pertenecen a Al Qaeda y a Al Zarqaui no son resistencia", subrayó el flamante jefe del Estado, antes de asegurar que la presidencia trabajará para "completar la soberanía nacional", que conducirá a la retirada de las fuerzas extranjeras "que contribuyeron a la liberación de Irak". También añadió que confiaba en que Irak se convierta en "un modelo de libertad, democracia y unidad nacional para liberar a los pueblos de nuestro Oriente de la tiranía y la opresión, y extender la democracia".

Sus palabras resultan especialmente ambiciosas en un momento en que las esperanzas de Irak están a expensas de la capacidad de entendimiento entre la llamada lista chií, que obtuvo 140 de los 275 escaños del Parlamento, y la alianza kurda, que logró 75, y entre éstos y los suníes, que mayoritariamente boicotearon las elecciones. Los líderes de las listas ganadoras han acordado posponer cualquier decisión sobre Kirkuk, la capital petrolera del norte, que los kurdos reclaman como parte de su región autónoma, para no bloquear la urgente formación del Gobierno. Sin embargo, la dificultad para consensuar qué suníes iban a ocupar la presidencia del Parlamento y una de las dos vicejefaturas del Estado había bloqueado hasta ahora la designación oficial de Talabani, cuyo nombre fue propuesto por la alianza kurda desde que se conocieron los resultados electorales.

"Es la primera vez en la historia de Irak que un kurdo alcanza la presidencia. Es histórico", declaró el ministro saliente de Exteriores, el también kurdo Hoshyar Zebari. En las ciudades kurdas, miles de personas salieron a la calle a celebrar la noticia que esperan ayude a promocionar su comunidad, entre un 15% y un 20% de la población iraquí, marginada por Sadam y que desde 1991 ha vivido una virtual independencia.

Talabani estará acompañado por dos vicepresidentes, el suní Ghazi al Yauar y el chií Adel Abdel Mahdi, que hasta ahora servían como presidente y ministro de Finanzas, respectivamente, en el Gobierno provisional. El triunvirato logró 227 votos, por encima de los dos tercios requeridos. Con Talabani en la jefatura del Estado, se despeja el camino para que el otro líder kurdo, Masud Barzani, presida el Gobierno autónomo de esa región del norte de Irak.

La principal tarea del triunvirato presidencial es ahora el nombramiento del primer ministro, un cargo para el que chiíes y kurdos han consensuado el nombre de Ibrahim al Yafari, líder del Partido Al Dawa, uno de los pilares de la lista chií. Al Yafari dispone de dos semanas para presentar su Gabinete. Aunque la mayoría de los ministerios están distribuidos, tanto chiíes como kurdos quieren la cartera de Petróleo, y los suníes, cuyos 17 representantes empiezan a distanciarse de la Asociación de Ulemas, exigen Interior o Defensa.