Akáyev firma su dimisión como presidente de Kirguizistán
Askar Akáyev, el presidente de Kirguizistán que huyó de ese montañoso país centroasiático el 24 de marzo pasado, firmó ayer su dimisión como jefe de Estado tras mantener negociaciones en Moscú con un grupo de parlamentarios encabezados por el presidente del Parlamento, Omurbek Tekebáyev. La firma del documento se realizó en la embajada kirguiz. Akáyev se encuentra con su familia en la capital rusa después de que Vladímir Putin le ofreciera asilo.
Oficialmente, Akáyev deja de ser presidente de Kirguizistán a partir de hoy, martes, y obtiene las garantías de inmunidad que como ex jefe de Estado le garantizan la Constitución y la ley. Akáyev grabó un mensaje de 18 minutos dirigido al pueblo de Kirguizistán, que será emitido hoy durante la sesión especial del Parlamento.
Con la dimisión de Akáyev, la revolución kirguiz obtiene total legitimidad. Ahora el nuevo legislativo deberá ratificar la fecha de las próximas elecciones presidenciales que el antiguo Parlamento había fijado para el 26 de junio o cambiarla.
Kurmanbek Bakíyev, actual primer ministro y jefe de Estado en funciones, ya anunció que se presentará a los comicios presidenciales. Otros cinco políticos también han manifestado su intención de luchar por encabezar el país, pero esta cifra está lejos de ser definitiva. En opinión de Akáyev, los candidatos serán muchos más.
No está claro si los hijos mayores de Akáyev, Aidar y Bermet, podrán regresar a Bishkek y ocupar los escaños de diputados que obtuvieron en las pasadas elecciones legislativas de febrero-marzo, y cuyos resultados provocaron las protestas que culminaron con la toma de la sede del Gobierno y la huida del presidente. Akáyev, que afirmó que no luchará contra las nuevas autoridades kirguizas, tiene cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. Los menores estudian en Estados Unidos.
La delegación de legisladores kirguizos se reunió con sus colegas rusos, a quienes aseguró que los nuevos dirigentes harán todo lo posible para que la población rusa no abandone el país. Según Andréi Kokoshin, presidente del comité parlamentario para asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, los diputados kirguizos le explicaron que ellos están interesados en que los rusos no se vayan, ya que "de ello depende en gran medida el bienestar del país". De los cinco millones de habitantes de Kirguizistán, un 18% son rusos.
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