"Cervantes es una iluminación para mi obra"

Angustiada por la violencia que generó el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, en septiembre de 2001, la escritora Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954), recién llegada a esa ciudad, se refugió en los clásicos para encontrarse con sus pasiones y con los grandes maestros de las letras. De esas lecturas y de lo que fue viendo, soñando e imaginando nació La otra mano de Lepanto (Siruela), una novela río centrada en la figura de la Gitanilla de las Novelas ejemplares, de Cervantes.

La obra está protagonizada por María la bailadora, una joven que es vendida como esclava, es encerrada en un convento del que huye para ser acogida por unos moriscos que la educan y le enseñan el arte de la espada. María se adentra en el terreno de las aventuras y, disfrazada de hombre, logra en una de las batallas acabar con 40 turcos. En el amor tiene sus más y sus menos y se enamora de un apuesto galán que muere en combate.

"Los clásicos son fundadores de nuestra vida sentimental, de nuestra sensibilidad, y en ellos podemos leer lo que nos pasa a diario"

Pregunta. ¿Era necesaria tanta violencia en el personaje de María?

Respuesta. La novela no sólo tiene violencia. No es una obra violenta de principio a fin. María es un personaje que tiene una enorme ternura y es una gran artista, no sólo por ser bailadora, y muy buena, sino porque también le gusta mucho pintar. Tiene un gran temperamento artístico y se deja llevar por la ola que barre a Nápoles. Cuando ella llega a esa ciudad está la fiebre de la Santa Liga y no puede sustraerse de la contienda. En Nápoles se deja poseer por el lugar y cuando baila responde como un espejo a la ciudad.

P.¿Por qué decidió refugiarse en los escritores clásicos?

R. Quería releer libros que ya había descubierto en mi juventud, no quería adentrarme en ninguna novedad. Fue un instinto casi infantil. Empecé con obras de Lope y luego comencé a brincar, pero estando en Lope me sentía ya en casa. Releí El buscón, de Quevedo, porque no quería pisar donde no conocía. Era la primera vez que estaba en Nueva York y deseaba para trabajar algo cotidano que no tenía, un colchón y retomé El Quijote, las Novelas ejemplares, y cuando las palabras discurrían ante mis ojos fue como volver a casa. Cervantes es una iluminación para mi obra.

P. ¿Qué descubrió en esta nueva lectura?

R. Maravillas, descubrí que no hay ninguno mejor que ellos, ni Shakespeare, y descubrí además que ellos son fundadores de nuestra vida sentimental, de nuestra sensibilidad, y en ellos podemos leer lo que nos pasa a diario. Incluso en aquellas lecturas que me eran desconocidas todo era un descubrimiento.

P.¿Le interesaba indagar en la novela histórica en La otra mano de Lepanto?

]]>R. No es sólo una novela histórica porque no trataba de hacer arqueología de los hechos, sino de observar a los personajes literarios de Cervantes en su época pero con los ojos de una mujer de nuestro tiempo.

P. ¿Se ha dejado influir a la hora de escribir por Cervantes?

R. La novela está escrita bailando, de forma no lineal y es un pastiche, donde realizo un juego literario con la lengua barroca, dividida mediante versículos y haciendo un guiño al mundo cervantino.

P. ¿Por qué eligió para ella un amor desafortunado?

R. La mayoría de las mujeres escogemos en algunas ocasiones al hombre equivocado. El entrenamiento sentimental que se da a los varones es de quinta, por eso es que los varones son de quinta. Las mujeres tenemos más cuerda porque nuestra tradición femenina nos da más posibilidad de crecer. La mala suerte es que nos gusten un tipo de hombres que no suelen ser los mejores, aunque hay otros que son fantásticos. De todos los que han pasado por mi vida sólo dos, uno de ellos con el que estoy ahora, se salvan.

P. Apasionada con la cultura de su país se muestra desilusionada con su futuro político.

R. Perdimos una oportunidad fantástica, perdimos una oportunidad de cambio. Confiaba que a la salida del PRI, México iba tener un renacimiento de nuestra cultura, de nuestros valores, y ha habido un decaimiento de todo y creo que fue porque ganó la derecha; si hubiese ganado la izquierda probablemente no hubiésemos vencido la corrupción en la primera vuelta, pero hubiésemos vencido vicios de nuestro comportamiento social. Ahora la diferencia de clases sociales es bárbara, el estancamiento económico es impresionante. Los pobres son más pobres y los ricos son más ricos.