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El líder palestino ordena el estado de emergencia por las amenazas de milicianos

Abbas nombra un nuevo jefe de seguridad

Presionado por los últimos síntomas de anarquía y ante las amenazas de los milicianos palestinos, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, Abu Mazen, ha declarado el estado de emergencia en Ramala y ha ordenado profundos cambios en sus organismos de seguridad. El más llamativo, el nombramiento del coronel Jibril Rajub como nuevo jefe las fuerzas de seguridad en Cisjordania. Rajub, asesor de seguridad nacional, sustituirá a Haj Ismail, destituido personalmente por Abbas.

Esta minirrevolución en los principales cargos de la seguridad se debe a los últimos acontecimientos protagonizados por milicianos palestinos. Primero, los disparos contra las oficinas de Abu Mazen, en la Muqata de Ramala, y después el ataque contra tiendas de campaña de la policía en Tulkarem.

Estos incidentes y la sensación de un aumento del caos se vieron ayer agravados por un comunicado emitido por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Esta facción armada, vinculada directamente a Al Fatah, el partido de Abbas, acusó a las autoridades palestinas del tiroteo ocurrido en la Muqata el pasado miércoles. Según ellos, Abu Mazen expulsó sin justificación a los milicianos que tenían allí un refugio seguro. "Los dirigentes quisieron expulsar a los héroes que, con sus armas y cuerpos, han luchado contra la ocupación israelí". En el comunicado se advierte de que si el presidente palestino decide luchar contra las milicias, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa se plantearían romper el compromiso de tregua con Israel. Rajub fue rotundo: "Lo que ha pasado en los últimos días es una vergüenza para todos nosotros. Ahora habrá importantes cambios en las fuerzas de seguridad para poder garantizar la calma y el orden en la sociedad palestina".

Cambios en la cúpula militar

Abbas, consciente de la delicada situación, se reunió ayer con el primer ministro, Ahmed Qurei, Abu Alá, y con el responsable de Interior, Nasser Yusuf, y llegó a la conclusión que sin serios cambios en la cúpula militar será muy difícil controlar a los milicianos. "Abu Mazen está muy enojado por el ataque contra la Muqata y por eso toma medidas al respecto. Se siente traicionado y muy insatisfecho ante el papel de los jefes de seguridad", decía ayer un dirigente palestino que prefirió mantenerse en el anonimato.

Casi tres meses después de su elección como presidente palestino, Abbas no ha logrado imponer su posición en Al Fatah ni en los organismos de seguridad. De momento, no puede cumplir una de sus promesas, rejuvenecer los altos mandos palestinos, ofreciendo jubilaciones a numerosos oficiales veteranos. Además, no ha podido llevar a cabo su plan de unificar las diversas fuerzas de seguridad en sólo tres organismos. Muchas reformas han sido abortadas por la vieja guardia de Al Fatah.

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Desde Siria, uno de los fundadores de Al Fatah, Faruk Kadumi, envió una advertencia al actual presidente palestino: "Los sionistas envenenaron a Yasir Arafat para poder tener un interlocutor más débil y más propicio a las posiciones de Israel. Nosotros elegimos a Abu Mazen no para que fuera presidente de Palestina, sino para que entable negociaciones directas, en nombre de la OLP".

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