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Bono y Alonso aplicaron diferente criterio en los ascensos honoríficos

Interior dejó fuera a Manzanas, mientras que Defensa incluyó a Pardinas

Miguel González

El ministro de Defensa, José Bono, y el del Interior, José Antonio Alonso, aplicaron diferente criterio a la hora de conceder los ascensos honoríficos otorgados, a título póstumo, por el Consejo de Ministros del pasado 18 de marzo a militares, guardias civiles y policías víctimas del terrorismo. Mientras que Bono ascendió al agente José Pardines Arcay, primer muerto por ETA, Alonso no lo hizo con Melitón Manzanas, su segunda víctima.

Tanto la ley que regula estos ascensos honoríficos (sin derecho a prestación económica) para los militares y miembros de la Guardia Civil como el decreto que se aprobó el mismo 18 de marzo para extender esta medida al Cuerpo Nacional de Policía afirma que la misma podrá concederse "cuando concurran méritos excepcionales o circunstancias especiales". En este caso, la circunstancia especial de todos los ascendidos era haber perdido la vida en atentado terrorista.

Por ese hecho, Bono decidió ascender a teniente coronel al comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas -condenado a seis meses de prisión por su implicación en la golpista Operación Galaxia durante la transición- para lo que tuvo que vencer las resistencias de algunos compañeros de Gabinete.

Sin embargo, Alonso no incluyó al jefe de la brigada político-social de San Sebastián Melitón Manzanas entre los 176 policías ascendidos a título póstumo. Fuentes de Interior explicaron que su exclusión se debía a que sólo se concedió el ascenso honorífico a las víctimas del terrorismo tras la instauración de la democracia.

Sin embargo, entre los 341 militares y guardias civiles ascendidos, Defensa incluyó al guardia civil José Pardinas, asesinado por ETA el 7 de junio de 1968. Manzanas fue tiroteado el 2 de agosto.

El ascenso de Melitón Manzanas, acusado de torturador por luchadores antifranquistas, planteaba un problema a Alonso. En enero de 2001 se desató una polémica después de que el Gobierno del PP concediera al jefe de la policía política franquista la Gran Cruz del Reconocimiento Civil a título póstumo.

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Tras comprobar que el texto de la Ley de Víctimas del Terrorismo obligaba a su concesión automática, el PP y el PSOE acordaron cambiarla para excluir de la condecoración, aunque no de la indemnización económica, a quienes, "en su trayectoria personal o profesional, hayan mostrado comportamientos contrarios a los valores representados en la presente ley y a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales".

Por su parte, para el Ministerio de Defensa no hubiera sido menos problemático plantearse el ascenso póstumo del almirante Luis Carrero Blanco, jefe del Gobierno de Franco, asesinado por ETA el 20 de diciembre de 1973. Pero, según las fuentes consultadas, Carrero ya recibió en su día un ascenso honorífico, al igual que media docena de militares muertos en atentado. Lo que hizo Bono fue recoger los 341 expedientes restantes, aparcados desde hace años, y ponerlos en la mesa del Consejo de Ministros el 11 de marzo, declarado por el Parlamento Europeo Día de las Víctimas del Terrorismo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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