El Gobierno aplaza a 2007 el nuevo IRPF, que rebajará el tipo máximo

La esperada reforma fiscal del Gobierno no se aplicará hasta el último año de la legislatura, 2007. El vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, desgranó ayer las líneas generales del nuevo IRPF, una reforma moderada que reducirá el tipo máximo (45%), y deja abierta la incógnita sobre el mínimo (15%). El número de tramos de la tarifa pasará a tres o cuatro, mientras que para las plusvalías se mantiene el tipo fijo (15%) aunque podría subir al 18% con un mínimo exento. La reforma afectará a planes de pensiones y sólo habrá "retoques" en vivienda.

El responsable de Economía y Hacienda aprovechó ayer su presencia en la presentación del último número de la revista Economistas, que edita el Colegio de Economistas de Madrid, para desvelar las grandes líneas de la reforma fiscal que prepara su departamento. La principal novedad es que los cambios no se aplicarán hasta 2007, último año de la legislatura. La declaración correspondiente se presentará en 2008, es decir, una vez concluido el actual mandato.

En principio, el Gobierno confiaba en tener preparado el proyecto para aplicarlo en 2006, pero el debate parlamentario que requerirá su aprobación (la reforma tendrá que negociarse con los grupos) hace imposible finalizar el trámite este año. Solbes hizo gala de su talante al explicar que el proceso "ha de ser pausado y producto de un análisis y de una reflexión meditada". Para el ministro, "lo que más preocupa a los contribuyentes es que haya otros que no cumplan con sus obligaciones", por lo que se ha dado prioridad al plan contra el fraude fiscal aprobado en enero frente a la reforma del IRPF.

El Gobierno se compromete, eso sí, a concretarla este año y remitir el proyecto al Parlamento en el último trimestre. La principal pretensión del Ejecutivo es disminuir la carga tributaria sobre las rentas del trabajo y aumentar la equidad respecto a otros ingresos. "El impuesto actual discrimina a las rentas del trabajo respecto a las rentas del capital y de las actividades económicas", señaló Solbes. Una de las fórmulas para aliviar esa carga fiscal de los asalariados consiste en aumentar la deducción por trabajo.

Las principales novedades son las siguientes:

- Rebaja del tipo máximo. El tipo que pagan las rentas más altas en el impuesto sobre la renta, ahora situado en el 45%, se reducirá. Solbes no concretó cuánto, aunque hasta ahora se ha sugerido que podría bajar al 43% o incluso al 42%. El ministro quiso enmarcar su reforma en el contexto internacional y añadió que, en los últimos años, se ha observado una tendencia a reducir el impuesto en los países de la OCDE, que aglutina a las 30 economías más industrializadas del mundo. Más impreciso fue respecto al tipo mínimo (ahora el 15%), cuya cuantía condicionó a cómo quede el número final de tramos y el mínimo exento (cantidad que no paga impuestos). Ese número de tramos de la tarifa se reducirán a "tres o cuatro" desde los cinco actuales.

- Plusvalías. El Gobierno se plantea dos opciones. O bien dejar el impuesto sobre las plusvalías como hasta ahora (15%) o introducir un "incremento moderado", en palabras de Solbes, hasta el 18%, pero estableciendo un mínimo exento que dejara los capitales más bajos sin tributación alguna. Solbes es poco partidario de introducir cambios en las plusvalías, con el argumento de que, en un entorno europeo con diversidad de modelos, algunos con gravámenes más bajos que los españoles, existe riesgo de fuga de capitales. El ministro aseguró que este aspecto es el que presenta "mayores dificultades técnicas para su regulación".

- Cambios por hijos. Uno de los aspectos que más ha enfatizado Economía ha sido la necesidad de recuperar la "equidad en el tratamiento de las circunstancias personales y familiares". Con el modelo actual, la deducción por hijo se aplica en la base (antes de la tarifa del impuesto), lo que implica que beneficia más cuanto más alta es la renta. El ministro citó un ejemplo. Ahora, un contribuyente que perciba 10.000 euros anuales puede deducir 210 euros por su hijo, mientras que quien perciba 60.000 euros se deduce 630. "Esto no nos parece justo ni equitativo", zanjó el ministro, que sugirió que la deducción volverá a pasar a la cuota.

- Menos incentivos a pensiones. También habrá cambios profundos en los incentivos a invertir en pensiones complementarias privadas, otro de los aspectos "esenciales de la reforma", según Solbes. El Gobierno se plantea limitar las aportaciones que se pueden realizar a estos planes (ahora, a partir de 8.000 euros) y evitar que los mayores beneficiados de la desgravación fiscal se concentren en los tramos altos de renta, como ocurre ahora. También se primarán los planes de pensiones cuando el contribuyente opte por percibir la prestación como renta periódica. Ahora ocurre precisamente lo contrario, el beneficio es mayor cuando se cobra de una sola vez. Habrá también incentivos a los seguros de dependencia.

- Estabilidad en vivienda. Los cambios, por el contrario, serán mínimos en la deducción por vivienda. Con la idea de que beneficia a los contribuyentes de forma muy homogénea, se mantendrá el porcentaje general (15%) y "en ningún caso" se cambiará el límite máximo que se puede aportar: 9.015 euros al año. El nuevo IRPF no fija desgravación por alquiler para el inquilino.