Cerdos contra aviones
El Aeropuerto de Vitoria y unos 300 afectados por los malos olores se oponen a la ampliación de una granja
Cerdos, aviones y ciudadanos no se llevan bien en el área de Foronda. La dirección del aeropuerto de Vitoria, la gran mayoría de los cerca de 300 vecinos de esa zona de la Llanada alavesa y varios usuarios y trabajadores de las instalaciones aeroportuarias, se han alzado contra el proyecto de ampliación de una granja de cerdos sita en las inmediaciones que, a su entender, hace muy difícil su vida diaria. "Nuestra calidad de vida ha quedado relegada a un segundo plano", critica una vecina, quien no puede ni abrir las ventanas de su casa por las mañanas por el mal olor para que los cerdos "salgan al mercado con el label vasco de calidad".
La granja, propiedad de la sociedad civil Legarsada, tiene capacidad para alojar unos 1.100 animales que rotan cada 100 o 125 días, de manera que anualmente pone en el mercado más de 3.000 guarros cebados. Con el proyecto de ampliación estará en disposición de vender casi el doble, entre 5.000 y 6.000 animales. Sus residuos sólidos y líquidos se almacenan en una piscina con capacidad para 723 metros cúbicos. El nuevo proyecto incluye una segunda fosa de otros 780 metros cúbicos.
El asunto empieza a generar crispación en un ámbito en el que todos se conocen
Si la instalación, que ha superado todos los filtros legales, ya habñia levantado las iras de los vecinos, el nuevo proyecto les ha movilizado definitivamente en vísperas de las elecciones autonómicas. Los residentes en los pueblos de Legarda, Mandojana, Guereña, Foronda, Artaza y Antezana de Foronda se muestran prácticamente unánimes en contra de la ampliación.
"El olor es insoportable en invierno y en verano, y el propietario arroja los purines en las parcelas sin cumplir la normativa, porque después no cubre las tierras", se queja otro vecino. Los afectados han presentado numerosas denuncias en el Ayuntamiento de Vitoria por és y otrs razones. La sociedad ha reconocido esos incumplimientos, aunque alega su "desconocimiento de la normativa".
José Saez de Adana, uno de los copropietarios de la granja, señaló ayer que cumple con la legalidad y que la sociedad toma todas las medidas necesarias. Sobre los olores y si han recibido o no denuncias de los vecinos aseguró que dan cuenta "a gente que quiere resolver los problemas".
El asunto empieza a generar crispación en un ámbito rural y reducido en el que todo el mundo se conoce. Las primeras advertencias y amenazas veladas ya se están produciendo. Un vecino de Guereña afirma que muchas veces tiene que volver a lavar la ropa por el olor que coge cuando la cuelga para secar.
Un total de 138 afectados firmaron en septiembre pasado en contra del primer proyecto de ampliación, que el Ayuntamiento de Vitoria, término municipal en que tanto la granja como el aeropuerto están enclavados, rechazó por incumplir la normativa vigente. La sociedad ya había iniciado los trabajos de explanación de los terrenos para acometer obras.
Fueron esas obras las que levantaron la alarma de los vecinos, que no habían sido informados del proyecto por el presidente de la Junta Administrativa de Legarda, el ex juntero alavés del PP Marcelo Aguirre. Al no disponer de esa información, los afectados estuvieron a punto de que transcurriese el plazo para presentar alegaciones en el Ayuntamiento de la capital alavesa.
Aunque el primer proyecto fue rechazado tras las alegaciones vecinales y del Aeropuerto de Foronda, algunos vecinos sospechan que el presidente de la Junta Administrativa de Legarda "está utilizando sus influencias políticas" para intentar agilizar los trámites.
El pasado enero, Legarsada presentó un nuevo proyecto contra el que los vecinos ya se están movilizando. La dirección de Foronda va a presentar nuevas alegaciones por los malos olores que genera la granja y que afectan no sólo a los trabajadores, sino también a los usuarios del aeródromo.
El presidente de la Junta Administrativa de Legarda se ha visto obligado a convocar una reunión urgente y extraordinaria para analizar la situación, al no poder eludir un escrito firmado por sus vecinos en el que le exigían la convocatoria.
Saez de Adana explicó ayer que el próximo jueves está convocado a una reunión en la Diputación de Álava con representantes de la misma, de los sindicatos, del Gobierno vasco, del Ayuntamiento de Vitoria y ganaderos para estudiar a fondo el problema de los purines, es decir los residuos sólidos y líquidos que genera, en este caso, la actividad de cría de miles de cerdos.
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