El colegio, visto desde casa
Padres y alumnos de un centro madrileño consultan a diario las tareas a través de Internet
No es una ecuación perfecta, pero casi: entre los estudiantes con mejores resultados están aquellos cuyos padres hacen un seguimiento continuo de su educación. Pero ¿cómo hacerlo?, se preguntarán muchos. La escasa relación que la mayoría de las familias mantiene con el colegio y la dificultad de compaginar sus horarios laborales con el control de la marcha escolar de los hijos agravan esta desorientación. Para mitigarla, el colegio privado San Pablo CEU de Montepríncipe (Madrid) ha ideado una herramienta virtual que permite que los progenitores estén al día de las tareas, notas y otras informaciones sobre sus hijos.
El proyecto funciona de la siguiente manera. Todos los profesores del centro cuentan con una agenda electrónica donde cada día anotan las incidencias de la clase: quién no ha asistido, quién se retrasó, cómo se han comportado los alumnos y los deberes para el día siguiente. El profesor puede introducir en su agenda comentarios dirigidos a toda la clase ("el próximo miércoles tenéis que entregar el trabajo sobre El Quijote") o individualizados ("Juan, estoy preocupado con tu rendimiento últimamente"). Cuando termina la jornada, descarga la información de su agenda en alguno de los ordenadores del colegio. Acto seguido los padres y los alumnos pueden consultar a través de la web del colegio lo que ha señalado el docente en su libreta virtual.
"Es una manera de incrementar el trato con los padres", destaca uno de los profesores
"Es una manera de incrementar el trato con los padres, que estén al tanto de cómo van sus hijos. Nunca lo hemos concebido como un suplemento de la comunicación personal, cara a cara, pero sí como un enriquecimiento", señala uno de los profesores, que ha estado al frente del proyecto, Luis Martínez-Abarca. "Faltas de asistencia o retrasos que se perdían por el camino ya no son posibles con este sistema", añade.
La idea de colegio virtual nació hace cinco años. Martínez-Abarca y otro profesor, Cruz Martínez, llegaron a la conclusión de que la informática -de los que ellos eran hasta ese momento "usuarios atrevidos"- podría constituir una herramienta básica para completar tareas informáticas, didácticas y pedagógicas. Se lo comunicaron a la dirección y ésta organizó un plan a medio plazo para llevarlo a cabo. Lo primero fue formar en nuevas tecnologías al claustro de profesores (la mitad de ellos jamás se había acercado a un ordenador), y lo segundo, dotar de ordenadores al colegio (en despachos, bibliotecas, aulas de informática...).
Este curso el proyecto de colegio virtual es, por fin, una realidad. Y aunque es pronto para evaluar resultados, el director del centro, Constantino Falcón, asegura que "la comunicación vía Internet ha reforzado la acción educativa del aula". Las cifras están ahí: de 3.000 visitas mensuales a la página web que se producían a principio de curso, a estas alturas ya hay el doble, 6.000. Esto es lo que ocurre cada día en el CEU-Montepríncipe: los profesores de primaria marcan detalladamente en su agenda a sus alumnos las tareas que han de realizar ("que no se te olvide ayudar en casa", "hoy es el día del abuelo, llámale si puedes"). Los de ESO la aprovechan para recordar a los chavales los deberes para el día siguiente ("problema 4 del libro de matemáticas, del apartado 2"). Y los de bachillerato, hacen puntualizaciones más generales, sobre todo en los días previos a los exámenes. Las calificaciones se reparten en papel, pero un poco antes aparecen colgadas en la Red para que los alumnos puedan consultarlas.
Pero el proyecto quiere dar un siguiente paso (actualmente en fase de implantación). Y es "trasladar la presencia del colegio" completamente a casa, pues "Internet te permite utilizar ciertas herramientas didácticas que no puedes utilizar en clase", señala Cruz Martínez.
La intención es que la profesora de Arte cuelgue ficheros de obras artísticas para que los alumnos las repasen en su casa antes del examen. Que el de Filosofía lo haga con el plano conceptual del pensamiento de Aristóteles, que sirva de esquema a los estudiantes. Que la de Matemáticas ponga ejercicios más enrevesados para aquellos que quieran ir adelantando. Que el de Ciencias de la Tierra ofrezca material extra de lectura del temario, soluciones de ejercicios y hasta tests de autoevaluación para que los alumnos comprueben qué tal se saben la lección antes del examen.
En este colegio no tienen dudas: "No hay nada más motivador que los alumnos dominen el campo en el que se mueven". Y ya se sabe que en cuestión de informática, ellos son los que mandan.
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