¿Represión?

Ana Pastor dice (información de EL PAÍS del jueves 17 de marzo, en la página 28) que el plan antitabaco "sólo habla de represión, cuando debe primar la prevención". Y se quejan los vendedores de tabaco de que van a perder dinero.

Me pregunto si doña Ana hablaría en referencia a las leyes contra el robo como "represión". No, señora, la finalidad de la ley es exactamente "prevención": prevenir que los fumadores envenenen a los otros con su porquería tóxica. Seamos claros: estamos hablando de envenenar el medio ambiente. No hace falta ningún "diálogo". ¿O tal vez debemos abrir un "diálogo" con los dueños de las petroleras que no les importa derramar chapapote en el mar porque las leyes son "represivas" y les hace su negocio menos rentable?

A los negociantes de nicotina que van a perder dinero se les puede decir que hay muchas maneras de ganar dinero. La salud no es negociable.

Es increíble la cantidad de naderías que hablan los que defienden el tabaco. Pero, lo digo otra vez: unos no tienen el derecho de envenenar a los otros. Y la finalidad del Estado es proteger los derechos básicos de sus ciudadanos; uno de los más evidentes de ellos es no tener que respirar aire tóxico. Punto final.