Zapatero decidió recurrir la 'lista blanca' porque "la mejor táctica es aplicar la ley"

"La mejor táctica es aplicar los principios y la ley". Así zanjó José Luis Rodríguez Zapatero el debate sobre las ventajas o inconvenientes de la participación de la candidatura Aukera Guztiak, presumible lista blanca de Batasuna en las elecciones vascas del 17 de abril. El debate se celebró en la sede socialista de la calle de Gobelas (Madrid) la pasada semana, y reunió durante seis horas a miembros de las cúpulas del PSOE -José Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba y Óscar López- y del PSE -Patxi López y Rodolfo Ares-, junto a miembros del gabinete de la Presidencia, para fijar la estrategia de la campaña.

Algunos de los reunidos -como Rubalcaba y Ares- apuntaron cómo la prohibición de esa candidatura perjudicaría al PSE y favorecería al PNV-EA al facilitar el flujo de votos de Batasuna al partido nacionalista. Pero también subrayaron la necesidad de "hacer pedagogía, fijando la divisoria entre demócratas y no demócratas" aplicando la ley.

Pero fue Zapatero el que zanjó el debate al señalar que "la mejor táctica es aplicar los principios y la ley". Expresó su convicción de que lo más beneficioso a largo plazo es cumplir la Ley de Partidos, aprobada en 2003, en el marco del Pacto Antiterrorista: impedir las candidaturas, negras o blancas, con que Batasuna quiere reaparecer en las instituciones.

Zapatero es consciente del fraude que supondría para el Estado de Derecho que, una vez admitida la lista blanca, los líderes de Batasuna pidieran el voto para ella. Y sabe de la capacidad de Batasuna para usar los resquicios legales en su favor y reírse del Estado. Por eso el Consejo de Ministros acordó el viernes impugnar la candidatura de Aukera Guztiak en los tribunales.

Pero, además, La Moncloa cree que, aunque la prohibición de Aukera Guztiak beneficie más al PNV-EA que al PSE, no habrá gran diferencia. Si los tribunales rechazan la lista blanca, calcula que Batasuna pedirá el voto nulo y buena parte de su electorado le será fiel pues, ahora, Batasuna, empeñada en reservar su espacio político para el futuro, tiene como principal rival al PNV.

Preocupación en el PNV

Pero también, calculan en la Moncloa, la batalla del 17-A será muy ajustada. Su primera encuesta, contando con que no participe Aukera Guztiak, dice que los constitucionalistas crecen más que el PNV-EA. El PSE subiría de 13 a 20-21 escaños y el PP baja, pero sin descalabro, de 19 a 16; el PNV subiría de 33 a 34-35 ; IU mantendría tres y Aralar lograría uno.

En el PNV-EA hay nervios. Las encuestas del Gobierno vasco también concluyen que, aunque Batasuna no participe, habrá pocas diferencias. Le preocupa que tres de los 33 escaños logrados en 2001 son endebles, por los restos de la Ley D?Hont.

Una prueba de su nerviosismo la ofreció con la emisión de la entrevista de Zapatero, el miércoles en la televisión autonómica ETB. Prevista para las 9.30 de la noche y en directo, fue atrasada a las 11 de la noche y en diferido, a sabiendas de que bajaban los televidentes de 160.000 a 40.000, según fuentes de La Moncloa.

Las fuentes precisan que es "insólito" que la entrevista a un presidente del Gobierno se atrase, siendo, además, inédita. Felipe González nunca fue entrevistado en ETB y José María Aznar sólo una, en 1996, cuando pactó con el PNV. Fuentes del PSOE aseguran que hubo "presiones de Ajuria Enea" sobre la televisión vasca "por temor a la influencia de Zapatero en Euskadi".

En el PNV preocupa Zapatero, el líder político más valorado tras el lehendakari, algo insólito en un presidente del Gobierno central, y su política vasca. Frente a la estrategia del PP, de identificar PNV y ETA, que "no es creíble", Zapatero ataca al PNV no por "catastrofismo" sino por su "inmovilismo" ante los cambios.

Zapatero destaca cómo ETA lleva casi dos años sin matar, cómo él ha restablecido el diálogo y cómo han cambiado los líderes: al frente del PP vasco no está Jaime Mayor sino María San Gil; en el Gobierno no está Aznar ni al frente del PNV Xabier Arzalluz, sino Josu Jon Imaz, que apoyó la Constitución Europea. Lo que no cambia es el plan Ibarretxe, presentado como una rémora de la época de Aznar y obstáculo, hoy, para el acuerdo entre partidos. En ese contexto, plantea la necesidad de sustituir a Ibarretxe por López.

Los estrategas, que confían en el éxito de sus anteriores campañas, afrontan el reparto de papeles de Zapatero y López para que no se solapen. López se presentará como alternativa a Ibarretxe y Zapatero como su avalista que, desde el Gobierno central, garantizará el cumplimiento del triple pacto que impulsa López: reformar el Estatuto, rehacer el pacto antiterrorista en Euskadi y lograr un pacto económico-social.

Con él trata de situar al PSE en el centro de la política vasca y recuperar su "papel histórico". Fue el partido necesario para el Estatuto de 1936, el Gobierno vasco en el exilio, el Estatuto de 1979 y el que cogobernó en la etapa de más impulso, 1987-1997.