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Berlusconi asegura que nunca anunció que iba a retirar las tropas de Irak

El primer ministro italiano acusa a la izquierda de haber manipulado sus palabras

Enric González

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, realizó ayer una nueva pirueta sobre la presunta retirada italiana de territorio iraquí y aseguró, entre chistes y bromas, que en ningún momento había dicho lo que millones de italianos le oyeron decir el martes en televisión. Su afirmación de que Italia empezaría a retirar de forma gradual sus casi 3.200 soldados destinados en ese país, a partir de septiembre, fue sólo "una manipulación de la izquierda" y un "producto de la desinformación de unos medios de comunicación sin ninguna honestidad intelectual".

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"He hablado con el presidente de Estados Unidos", explicó, durante la ceremonia de inauguración de unas obras ferroviarias, "y le he dicho: 'George, todo sigue igual que antes". Berlusconi se refería a su conversación del miércoles con Bush, y añadió: "No he tenido que rectificar nada. En mis palabras no había ninguna posibilidad de un cambio ni nada que pudiera faltar a la sintonía con aquello que hemos dicho siempre a nuestros aliados: ha sido una historia totalmente inventada, fruto de la desinformación". Acto seguido, para añadir más confusión al asunto, aseguró que confirmaba las afirmaciones sobre la retirada de Irak que había realizado en el programa televisivo Porta a porta.

Las palabras exactas del presidente del Gobierno italiano, el lunes, fueron las siguientes: "Comenzaremos a reducir nuestro contingente militar en Irak incluso antes de fin de año. (...) A partir del mes de septiembre queremos proceder a una progresiva reducción de nuestros soldados". Aseguró que la retirada era "esperada por las opiniones públicas" de Italia y el Reino Unido y que en ese punto él y el primer ministro británico, Tony Blair, estaban totalmente de acuerdo.

El delicado ejercicio de funambulismo político-diplomático realizado por Berlusconi a lo largo de esta semana se mantuvo en todo momento alejado del Parlamento, un lugar en el que las preguntas de la oposición y la abundancia de taquígrafos dificultan la ambigüedad. El centro-izquierda insistió ayer en su exigencia de que el primer ministro compareciera ante el Senado o la Cámara de Diputados y aclarara su posición. Berlusconi se negó: "¿Qué debería explicar en el Parlamento? ¿Una noticia que no existe?", bromeó.

Situación delicada

El anuncio inventado de Berlusconi sobre la retirada sorprendió y molestó a los ministros de Exteriores, Gianfranco Fini, y Defensa, Antonio Martino, además de a Bush y Blair. A Fini le colocóen una situación delicada, ya que se encontraba de visita en Londres como acompañante del presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, otro damnificado por el incidente.

La posterior no-rectificación causó, además de asombro en la oposición, incomodidad en la franja centrista de su coalición. "Estos mensajes contradictorios no ayudan ni a nuestra diplomacia ni a nuestras tropas en Irak; el presidente del Gobierno debería tener más cuidado", comentó el socialista Gianni di Michelis, ex ministro de Exteriores con Bettino Craxi y hoy miembro de la gran alianza berlusconiana.

Fuentes gubernamentales reconocían ayer, de forma privada y con cautela, que Berlusconi había intentado lanzar el año electoral (regionales el 3 de abril, generales la próxima primavera) con un anuncio que le reportara popularidad, sin contar con que sus aliados extranjeros resultarían más puntillosos que la opinión pública italiana. La rectificación privada con Bush fue inmediata, pero en esta ocasión las contradicciones del presidente del Gobierno fueron excesivas incluso para el consumo interno.

Las referencias al inicio de la retirada antes de fin de año se transformaron, con las insólitas declaraciones sobre la invención de la prensa, en algo mucho más vago: "Tampoco vamos a quedarnos en Irak toda la vida, ¿no?", concluyó Berlusconi con una gran sonrisa, mientras subía a su coche oficial.

El asesor del Pentágono Richard Perle, durante su conferencia de ayer en Madrid.
El asesor del Pentágono Richard Perle, durante su conferencia de ayer en Madrid.SANTI BURGOS

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