Alivio de la presión fiscal y una buena inyección de fondos públicos

El conjunto de medidas adoptado ayer por el Gobierno alemán tiene bastante papeletas para conseguir su objetivo, es decir, el de estimular el crecimiento económico. La rebaja de seis puntos del tipo fijo del impuesto de las sociedades, del 25% al 19%, junto a la inyección de dinero público (unos 2.000 millones de euros en cuatro años) a la economía, son las medidas que más destacan los expertos por el impacto que pueden llegar a tener en el crecimiento del producto interior bruto (PIB), que este año no llegará al 1%.

La presión fiscal de las empresas alemanas, teniendo en cuenta todo por lo que tributan, es una de las mayores de la UE, seguida muy de cerca por Francia y España. Con la decisión de ayer, Alemania se situará por debajo de estos dos países y a la altura de Italia, el Reino Unido o Dinamarca, según los datos del Ministerio de Finanzas alemán, publicados en enero.

Los datos de las autoridades alemanas dan una idea de lo que tributan de media las empresas en la UE y aunque son cifras orientativas, ponen de manifiesto las grandes diferencias que existen entre países como España (35%) e Irlanda (12,5%). También explican lo difícil que será armonizar estos impuestos en la UE para evitar la competencia desleal.

De todos modos, es muy difícil saber cuánto tributa una empresa en cualquier país, puesto que los impuestos a veces afectan a unos sectores más que otros, a unas actividades más que a otras y, añadido a esto, están las deducciones (por creación de empleo y otras) que reducen la presión fiscal real. En el caso alemán, por ejemplo, Schröder bajó ayer los impuestos, pero suprimió muchas deducciones para que los ingresos del Estado no mermasen a causa del alivio fiscal y Alemania no siguiese incrementando su ya elevado déficit.