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Inclán ve motivos "políticos y personales" en los sindicatos para mantener los paros

ELA, SATSE y Sindicato Médico cifran en un 70% el seguimiento de la huelga de ayer

La sanidad vasca vivió ayer su quinto día de paro escalonado y las posturas de los sindicatos convocantes (ELA, SATSE y Sindicato Médico) y del Gobierno vasco siguen inamovibles. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, achacó a motivos "políticos y personales" de ELA (el sindicato mayoritario) la persistencia en las movilizaciones. "Seguir con los paros es ir contra los intereses de los trabajadores", insistió. Para apoyar sus argumentos, el Gobierno aprobó ayer por decreto el acuerdo sobre condiciones laborales para 2005 pactado con LAB, CC OO y UGT.

Este acuerdo fue esgrimido por Inclán para "demostrar" que las condiciones laborales y salariales de los trabajadores de la sanidad vasca son de las mejores de España. El acuerdo contempla, entre otras mejoras, un incremento salarial del 4%, una subida del 16% en las guardias de los médicos en días laborables y del 26,8% en festivos, y la convocatoria de una oferta pública de empleo de entre 3.000 y 4.000 plazas, que permitirá dar estabilidad al 95% de la plantilla.

Según Inclán, el departamento ha abordado con "rigor" las principales reivindicaciones de los trabajadores. "Tanto el SATSE [enfermería] como el Sindicato Médico firman acuerdos en el resto de España muy por debajo del que se niegan a rubricar en Euskadi", afirmó.

Los organizadores de la huelga aseguraron que ayer hubo un seguimiento de más del 70%, mientras que Sanidad lo redujo a un 7,6%. El paro se centró en los hospitales y centros de atención primaria de Bilbao (además del psiquiátrico de Zamudio), con una plantilla de 3.500 trabajadores y cerca de 350.000 ciudadanos en el área de influencia. Osakidetza, como en los anteriores paros, calificó de "escaso" el seguimiento y lo cifró en un 19% de la plantilla en los centros de salud de Bilbao, mientras que en el hospital de Basurto lo redujo al 5,3%, en el de Santa Marina, al 4,1% y en Zamudio aseguró que ningún trabajador había secundado la huelga.

Al igual que el consejero, la dirección de Osakidetza también reprochó a ELA que reclame en otros sectores productivos cuestiones que "recoge el acuerdo" con las centrales minoritarias, como la reducción de jornada y la estabilidad en el empleo. A su juicio, los paros son una medida exagerada e "intransigente, que a quien más pueden perjudicar es a los ciudadanos" vascos.

Los tres sindicatos convocantes (ELA, SATSE y el Sindicato Médico de Euskadi) afirmaron que en los hospitales el seguimiento fue del 70%, cifra que amplió al 75% en los ambulatorios de Bilbao. Las centrales siempre toman como referencia el personal que puede ir al paro, que es una media del 15% del total debido a elevados servicios mínimos establecidos.

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Mañana, en Álava

Tras considerar que hubo "un amplio seguimiento" de la huelga, censuraron a Sanidad por aplicar servicios mínimos en unidades que estiman que no los tiene asignados, como la de Cirugía sin ingreso del Hospital de Basurto. "Ha salido en bloque a la huelga y sin embargo se ha abierto con personal eventual no adscrito a esa unidad", agregaron en un comunicado. Mañana tendrá lugar la sexta jornada de paro, que afectará a toda Álava. Será la última antes de la general convocada para el 22 de abril en todos los centros sanitarios de Euskadi.

El consejero reiteró la disposición del departamento a seguir negociando y apeló a los sindicatos a no "judicializar" el conflicto, tras la presentación de un recurso en los tribunales por parte de las centrales que han montado los paros contra el acuerdo sobre condiciones de trabajo pactado por Sanidad con ELA, CC OO y UGT. Precisamente, ayer se conoció una sentencia del Tribunal Supremo que da la razón a Osakidetza en el recurso que presentaron contra ella varias centrales en diciembre de 2002 por la celebración de las elecciones sindicales. El conflicto surgió por la pretensión de siete de los diez sindicatos con representación en la mesa de negociación de sanidad de aumentar el número de delegados sindicales en juego. La Ley de Ordenación Sanitaria, aprobada en 1998, fijó el número de delegados en 307, lo que supuso una subida de 58 respecto a los que había antes.

El desacuerdo entre las propias centrales sobre la ampliación de delegados hizo que Osakidetza mantuviera la disposición vigente entonces y el embrollo terminó con una serie de recursos judiciales entre los propios sindicatos y contra Osakidetza. La justicia suspendió el proceso electoral, que afecta a 24.000 trabajadores.

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