Halliburton cobró 108 millones de dólares de más en Irak, según una auditoría
Una nueva auditoría, procedente de una empresa adscrita al Pentágono, concluye que las cuentas infladas de Halliburton en Irak pueden ascender a una cantidad muy superior a la que se había barajado. El documento, dado a conocer anoche por dos congresistas demócratas, apunta a excesos de facturación de más de 108 millones de dólares (casi 81 millones de euros) en la importación de petróleo. Los congresistas demócratas, Henry Waxman y John Dingell, enviaron ayer una carta al presidente, George Bush, para pedirle una explicación.
Después de una auditoría preliminar el año pasado, en la que se cuestionaba una cifra de 61 millones de dólares en la importación de combustibles, Bush declaró que Halliburton debería devolver el dinero si se confirmaban las diferencias. Hasta el momento, no ha ocurrido. El Pentágono, que supervisa el trabajo de Halliburton en Irak, sólo ha retenido algunos pagos en otras contratas por servicio de comidas a las tropas.
La auditoría denuncia entre otros gastos una partida de 27,5 millones de dólares, abonados por Halliburton para transportar propano por valor de 82.000 dólares. Los responsables de la empresa que dirigió el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, no han podido explicar la gigantesca desproporción. Una portavoz de Halliburton negó ayer a través de un comunicado que hubieran facturado en exceso la importación de combustibles. La portavoz, Wendy Hall, aludió a las "dificultades" que la empresa había afrontado para suministrar gasolina a las tropas en medio de la guerra.
Sin concurso
Halliburton obtuvo esa y otras contratas en Irak sin pasar por un concurso, aunque posteriormente y a causa de la lluvia de críticas se sacó a licitación una parte, que la empresa tejana obtuvo sin problemas. Desde el comienzo de la invasión ha obtenido ganancias de 2.500 millones de dólares. La contrata para importación de petróleo asciende a 875 millones de dólares. De esa cantidad, los auditores calculan que 108 son exceso de facturación y 62 se refieren al petróleo suministrado por un subcontratista kuwaití. Los auditores cuestionan también el excesivo precio pagado por el combustible en Jordania y Turquía.
Todas las operaciones las realizó la filial de Halliburton KBR. El Pentágono no está obligado a aceptar los resultados de la auditoría, que tiene sólo carácter de "advertencia", pero el coste político puede ser mucho más elevado que las cantidades en disputa.
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