Rajoy: "Quien echa sal en la herida del 11-M es aquel que no quiere que se sepa la verdad"
El líder del PP pedirá que se amplíe la mayoría necesaria para cambiar los estatutos
Mariano Rajoy, líder del PP, aprovechó ayer la clausura del congreso de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) para acusar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de "dividir a los españoles" y ser él quien "echa sal en la herida del 11-M" porque "no quiere que se sepa la verdad". Rajoy copió un eslogan socialista de las últimas elecciones: "España se merece un Gobierno mejor". Y anunció cuáles serán sus propuestas de reforma de la Constitución si ese proyecto sigue adelante. La más importante consiste en ampliar, de mayoría absoluta a dos tercios del Congreso y el Senado, la mayoría necesaria para aprobar reformas en los estatutos de autonomía.
Mariano Rajoy arrancó en Pamplona con una réplica al discurso del presidente Zapatero en el Comité Federal del PSOE, reunido en Madrid el sábado pasado. "Ayer el señor Rodríguez Zapatero hizo su balance. No miró al futuro, sino al pasado. Volvió a dividir a la sociedad española y a agredir a los españoles. Eso no lo hace un presidente. Zapatero dividió. Habló de echar sal en la herida de los atentados del 11-M. Echa sal en la herida quien no quiere que se sepa la verdad", afirmó. Esta acusación prepara la próxima reunión, el miércoles, de la Comisión del 11-M. El PP no quiere que se cierre, sino seguir investigando sin fecha de caducidad.
Tras su primera acusación a Zapatero, Rajoy le reclamó que, si quiere "demostrar su talante, oiga a los millones de españoles que piden que se sepa la verdad". Tal verdad incluye conocer, según Rajoy, quiénes fueron "los terroristas que idearon el 11-M" y "tomar medidas para que no vuelvan a atentar".
El líder del PP recriminó al presidente del Gobierno que "siga repitiendo que el resultado del 14 de marzo nada tuvo que ver con lo que ocurrió el día 11". También ahí le pidió que "escuche a la gente y no vuelva a repetirlo", salvo que "tenga mala conciencia sobre algo" de lo ocurrido en aquellos días de marzo.
Listas blancas y negras
Tras ese repaso, Rajoy subrayó que él quiere "mirar al futuro", pues eso es lo "único que les importa a los españoles". Un futuro que empieza en las elecciones vascas del próximo 17 de abril. Para esa cita, Rajoy reclamó al Gobierno que no permita la presentación de "listas blancas" que pueden estar ligadas a Batasuna. "Hay datos de que esas listas blancas son tan negras como ETA y Batasuna", proclamó.
Ahí acabó el futuro, pues Rajoy se dedicó a renglón seguido a repasar el balance del "primer año escaso de Gobierno" socialista. Afirmó que Zapatero "sólo tiene talante con ERC y con Fidel Castro". Que "le importa más el envoltorio que el contenido", pues "le interesa más quedar bien que gobernar". Y que tal cosa "es mala para España, que va camino de convertirse en el paraíso de los sabios", pues cada vez que "el Gobierno no sabe qué hacer convoca un comité de sabios".
Incluyó en esa supuesta falta de ideas la reforma de la Constitución: "Zapatero ha hecho buena la máxima de que cuando los políticos no saben qué hacer se ponen a reformar la Constitución", aseguró. Y subrayó que el PP no ve ninguna necesidad de reformar la Constitución, sino de defenderla. En todo caso, si la reforma constitucional sigue adelante, Rajoy anunció que el PP pedirá que incluya dos modificaciones concretas.
La primera, para ampliar la mayoría necesaria en las Cortes Generales para que se apruebe una reforma de los estatutos de autonomía. Ahora esas reformas tienen que ser ratificadas por mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado. Rajoy propondrá "que cualquier reforma de los estatutos requiera dos tercios de los votos del Congreso y del Senado". Justificó esa mayoría cualificada en que "los estatutos forman parte del acervo constitucional, por lo que no se puede abordar su reforma sólo por mayoría absoluta".
Y como estaba en Navarra -donde Miguel Sanz fue reelegido líder de UPN con 838 votos a favor y 156 votos en blanco-, Rajoy dijo que reclamará la supresión de la Disposición Adicional Cuarta de la Constitución. Esa disposición recoge las condiciones en las que, hipotéticamente, Navarra podría pasar a integrar el País Vasco. "Navarra es Navarra y no puede estar sometida a una OPA sistemática", clamó entre los aplausos de los militantes de UPN.
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