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Reportaje:CITA EN MADRID

Un enemigo imposible de derrotar

Los académicos creen que debe distinguirse entre los grupos aislados y los que gozan de apoyo

"Habrá que convivir con el terrorismo, porque nunca se podrá acabar con él". Jerrold Post, profesor de Psiquiatría y Psicología Política de la Universidad de George Washington, coincide con los 65 académicos que debaten en Madrid sobre este fenómeno. Pero en lo que se refiere a los métodos de combatirlo, afloran algunas discrepancias y también algunas certezas. "Es prematuro decir que habrá recomendaciones definitivas", subrayó ayer en conferencia de prensa Louis Richardson, profesora de la Universidad de Harvard.

No obstante -y tras dejar claro que "la democracia no es siempre un antídoto contra el terrorismo, como ya se ha visto en sistemas democráticos consolidados", según Richardson-, existe cierto consenso sobre la necesidad de aplicar diferentes estrategias para los distintos tipos de terrorismo. "Los Gobiernos deben distinguir entre las organizaciones terroristas aisladas de su comunidad de aquellas que tienen una amplia base de apoyo", afirmó la profesora estadounidense. A juicio de Richardson, "el castigo debe dirigirse a los que ejecutan el ataque" y dejar una vía de escape al resto de la comunidad en la que radica el movimiento terrorista. "Ello puede hacer posible que grupos que en el pasado han recurrido a los métodos violentos se conviertan en partidos políticos".

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Más matices. Porque no todos los terrorismos son iguales. "Hay que situar a cada uno en su contexto. El Congreso Nacional Africano practicó métodos terroristas contra el Ejecutivo de Suráfrica, y logró transformar el país", señaló Mark Juergensmeyer, director de Estudios Globales e Internacionales de la Universidad de California.

Los académicos también apuntaron otros factores que pueden contribuir al surgimiento de grupos terroristas. Juergensmeyer esbozó, en alusión a los reclusos de Guantánamo, que los "sistemas penales pueden crear más terroristas"; añadió, mencionando a Israel, que algunos Estados han "provocado reacciones violentas". Y en cuanto al terrorismo de Estado, los académicos dijeron que se había abordado el asunto. No obstante, Juergensmeyer concluyó: "En los casos más recientes, los actos terroristas no han sido respuesta a actos de terrorismo de Estado".

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Al margen de las causas políticas, económicas, sociales, religiosas -que "siempre exacerban el problema", dice el profesor de la Universidad de California- y psicológicas, hay algo común en todos los grupos terroristas. "Cuando el odio se mama es muy difícil cambiar las cosas", comentó Post. Y las modernas tecnologías juegan también a favor de los movimientos fundamentalistas más radicales. "Hay 4.000 sitios web en activo vinculados a organizaciones islámicas en los que se difunden auténticos mensajes de odio. Existe un fuerte impacto de la informática en el reclutamiento de terroristas", agregó Post.

Un quebradero de cabeza sobrevuela sobre los deseos de los expertos reunidos en este cónclave. "Tenemos esperanzas de que los Gobiernos acepten nuestras recomendaciones. Pero nos preocupa", dijo Louis Richardson, "que los políticos utilicen nuestras ideas de una manera inadecuada".

Varios líderes, entre ellos el ex presidente chileno Eduardo Frei, el español Felipe González y el primer ministro francés Lionel Jospin (segundo, tercero y cuarto, de izquierda a derecha), durante la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, ayer en Madrid.
Varios líderes, entre ellos el ex presidente chileno Eduardo Frei, el español Felipe González y el primer ministro francés Lionel Jospin (segundo, tercero y cuarto, de izquierda a derecha), durante la inauguración de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, ayer en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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