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España, Italia y Portugal vetan un debate en la UE por no estar traducidos los documentos a sus lenguas

España, Italia y Portugal se plantaron ayer ante la falta de documentos traducidos a todas las lenguas de la UE para una reunión del consejo de ministros de Trabajo convocado para hoy y vetaron que el asunto sea abordado esta mañana por los ministros. El incidente se produce en plena crisis por la drástica reducción del uso de las lenguas en la sala de prensa, a la que la Comisión busca una solución y cuando desde el propio Reino Unido se ha pedido a Tony Blair que intervenga en favor del español.

A la reunión técnica de ayer sobre el programa de trabajo para el año en curso de los comités de Empleo y de Protección Social llegaron las propuestas redactadas sólo en alemán, francés e inglés. España, Italia y Portugal recordaron que el reglamento interno del Consejo exige que los documentos de trabajo estén traducidos a todas las lenguas y, ante esa ausencia, negaron la autorización para que el proceso siguiera adelante.

La disputa se produce al calor del intento de dejar como lenguas permanentes de trabajo en la sala de prensa al alemán, el francés y el inglés, acompañadas ocasionalmente de alguna otra. Una reunión prevista para hoy entre representantes de los corresponsales y de la Comisión debe plantear una salida a la crisis. Ya el martes, el español estuvo presente en la interpretación de la sala de prensa. Ayer, miércoles, día de reunión de la Comisión, todas las lenguas contaron con intérpretes.

El asalto padecido por el español ha movilizado a Canning House, sociedad británica sin ánimo de lucro dedicada a promover el entendimiento entre el Reino Unido, España, Portugal y América Latina. Su presidente, lord Garel-Jones, gran amigo de España, ha escrito una carta a Blair invitándole a echar un capote en favor del español. "La no inclusión del español como una de las lenguas de trabajo es sorprendente y difícil de entender", escribe Garel-Jones, quien pide para el español el mismo trato que para el alemán, el francés y el inglés. El que fuera ministro de Asuntos Europeos de John Major documenta el auge del español, "la lengua más hablada, después del inglés, en lo que llamamos el mundo libre" y dice que el liderazgo del inglés permite a Londres abogar por el español como lengua de la UE. Blair no se ha pronunciado, pero ha permitido que la carta se haga pública en señal de apoyo a la lengua de Cervantes.

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