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Los socialdemócratas europeos advierten a Von der Leyen de que si pacta con los ultras no revalidarán su coalición

La conservadora alemana se ha abierto claramente a alianzas con el grupo de Vox o Hermanos de Italia, pero desecha hacerlo con Alternativa por Alemania o el partido de Le Pen

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y candidata a repetir mandato, en Maastricht (Países Bajos) este lunes, antes del debate con otros candidatos a la jefatura del Ejecutivo comunitario.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y candidata a repetir mandato, en Maastricht (Países Bajos) este lunes, antes del debate con otros candidatos a la jefatura del Ejecutivo comunitario.MARCEL VAN HOORN (EFE)
María R. Sahuquillo

Los socialdemócratas europeos avisan a la conservadora alemana Ursula von der Leyen: si pacta con la ultraderecha tras las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio, no revalidarán la gran coalición entre socialistas y populares que ha mantenido la estructura política de la Unión Europea durante 70 años. Los pactos tras los comicios clave y la configuración de la que puede ser la Eurocámara más polarizada y escorada a la derecha de su historia, pueden suponer un seísmo mayúsculo. Y Von der Leyen, candidata principal de Partido Popular Europeo (PPE) para seguir al frente de la Comisión Europea, se ha destapado. Ya ha dicho a las claras lo que sus gestos y sus discursos llevaban muchos meses insinuando: que para ella no toda la ultraderecha es igual y que está dispuesta a pactar con los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR). Ese grupo incluye a los euroescépticos de Vox; a los ultras de Hermanos de Italia —el partido de Giorgia Meloni, a la que lleva cortejando desde que llegó al poder—; o Reconquista, del francés Éric Zemmour, uno de los grandes difusores de la teoría de la conspiración del gran reemplazo.

El presidente del Partido de los Socialistas Europeos, Stefan Löfven, ha sido tajante este martes tras las declaraciones de Von der Leyen en un debate político el lunes por la noche. “Los valores y los derechos no pueden verse comprometidos en función del próximo Parlamento”, ha dicho el también ex primer ministro sueco. “O quieres tratar con la ultraderecha o no. Como progresistas, podemos decir con firmeza: no hay coalición en el Parlamento Europeo con Identidad y Democracia (ID) o con ECR”, ha zanjado Löfven en un mensaje en las redes. Nicolas Schmit, comisario europeo de Derechos Sociales y candidato principal (spitzenkandidat) de los socialistas y demócratas (S&D) a liderar la Comisión, ya lo apuntó en marzo en una entrevista con este diario. “No hay compromiso posible con la extrema derecha ni con quienes la amparan”, señaló.

El gesto de Von der Leyen puede así complicarle el apoyo no solo de los socialdemócratas en la Eurocámara, sino también de líderes como Pedro Sánchez, con quien tiene una excelente sintonía. Son los jefes de Estado de los Veintisiete quienes la elegirían, como paso previo, en el reparto de los grandes puestos tras los comicios. Después el Parlamento Europeo debe confirmar el nombramiento. El español es uno de los mandatarios europeos que más ha alertado sobre los efectos del auge de la ultraderecha en los derechos de la ciudadanía y la salud democrática europea.

“El mensaje de Von der Leyen es muy preocupante”, ha dicho la vicepresidenta tercera de España y candidata socialista a las europeas, Teresa Ribera. “En España conocemos muy bien lo que significa pactar con la ultraderecha. Sabemos lo que representa, en términos de recorte de derechos, libertades y servicios públicos para quienes más los necesitan”, ha dicho en un comunicado. “No nos gustaría en absoluto ver esa imagen de hace pocos días en Roma, de personas con el brazo en alto (haciendo el saludo fascista) pero esta vez en Bruselas, ejerciendo su voluntad”, ha zanjado. En España, el Partido Popular, de la familia europea de Von der Leyen, ya ha pactado con Vox en ayuntamientos y comunidades autónomas y el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, tenía intención de hacer esa coalición a nivel nacional para llegar a La Moncloa.

Von der Leyen, a la que se le están complicando las cosas para revalidar su mandato, pero que sigue siendo la favorita de los candidatos oficiales, está trazando su propio cordón sanitario. La democristiana alemana ya dijo en su discurso de nominación en el congreso de los populares europeos en marzo, en Bucarest, que se cierra a pactar con Alternativa por Alemania o el Reagrupamiento Nacional de la francesa Marine Le Pen. Estas fuerzas, a quienes llama los “amigos de Putin”, forman parte del grupo ID en el Parlamento Europeo. La jefa del Ejecutivo comunitario se abre, sin embargo, a hacerlo —ahora claramente— con otros partidos que no hayan mostrado cercanía con Rusia —o que hayan dejado el asunto en el olvido—, como Hermanos de Italia.

El partido ultra de Meloni, que además va como cabeza de cartel a las europeas en un gesto de enorme simbolismo, gobierna en coalición con Forza Italia (de la familia del PPE) y con la Liga, de Matteo Salvini, un político que ahora no saca el tema ruso, pero que hasta hace poco lucía camisetas con el rostro de Vladímir Putin. La primera ministra italiana es, además, la presidenta del grupo europeo ECR al que Von der Leyen se está insinuando. La familia política de Von der Leyen, los populares europeos, ya cortejaron a Meloni —en el fondo fue Forza Italia, que fue el partido de Silvio Berlusconi quien pavimentó su llegada al Gobierno italiano— como lo ha hecho con el partido del checo Petr Fiala.

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Para Iratxe García, líder de los Socialistas y Demócratas (S&D) en el Parlamento Europeo, esa hipotética alianza de Von der Leyen con ECR tras las elecciones europeas de junio no es el camino. “Europa necesita parar a aquellos que quieren destruir nuestras democracias”, ha dicho este martes, en plena resaca del primer debate electoral del que salieron escasos mensajes, a excepción de esa apertura de Von der Leyen hacia parte de la ultraderecha.

La conservadora alemana, como antes el presidente de su familia europea, Manfred Weber, más a la derecha que ella, traza sus líneas rojas en tres elementos: sus hipotéticos socios deben ser pro-Ucrania y europeístas, apoyar el Estado de derecho y pro-OTAN. Von der Leyen no entra en el trazo fino: Vox ha clamado contra los “eurócratas de Bruselas” y es un partido que quiere introducir limitaciones al derecho al aborto, además de que ha hablado contra un punto clave de la Constitución española como es el Estado de las autonomías. Hermanos de Italia ha avalado con una ley el acoso de los movimientos antiabortistas que van a las clínicas sanitarias que practican la interrupción voluntaria del embarazo. Reconquista, el partido de Zemmour, difunde los bulos de la teoría del gran reemplazo que asegura que hay un plan para sustituir a la sociedad europea (y blanca).

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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