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Reportaje:EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Impulso al futuro Estado palestino

La comunidad internacional da en Londres su apoyo a los esfuerzos de paz de Mahmud Abbas

La comunidad internacional dio ayer un espaldarazo al nuevo líder palestino, Mahmud Abbas, y a su proceso de reformas. Aunque la reunión de Londres, a la que asistieron 30 delegaciones nacionales o institucionales, quedó ensombrecida por el reciente atentado de Tel Aviv, de ella ha salido un detallado compromiso de reforma, por una parte, y de ayuda internacional, por la otra, que debería servir, en palabras de Tony Blair, "para crear los cimientos del Estado palestino". El primer ministro británico advirtió de inmediato que este paso "no puede ser un sustituto" de una eventual negociación israelo-palestina, y enfatizó: "Los beneficios del éxito no serán sólo para los palestinos y los israelíes, sino para todos nosotros".

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Al final, aunque tuvo que convertir la proyectada conferencia de paz en un más modesto "encuentro internacional para reforzar a la Autoridad Palestina", de la reunión salió un documento con mensajes políticos de gran calado.

El documento final enfatiza la necesidad de aplicar la Hoja de Ruta, detalla los compromisos palestinos para democratizar la Administración palestina y reformar sus aparatos de seguridad y tiene la virtud, a juicio del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de "dar a los palestinos una perspectiva política" y no limitarse a ser un catálogo de imposiciones a cambio de cooperación técnica y ayuda financiera.

El proceso de paz se encuentra en un momento crítico: tomando empuje, pero no todavía el suficiente como para pensar en conversaciones de paz. Las conclusiones de ayer en Londres buscan precisamente aprovechar ese intervalo para reforzar las estructuras del que está llamado a ser un día un Estado llamado Palestina y que ahora mismo no tiene seguridad, ni una estructura administrativa fiable, ni una economía eficaz.

El peligro de que la reunión fuera percibida en el mundo árabe como un rosario de imposiciones con las que Occidente condicionaba su ayuda en materia de seguridad, gobernanza y economía, se superó al convertir esas exigencias en ofertas del propio Mahmud Abbas, en un programa de reformas de la Autoridad Palestina.

"Esto es para ayudar a la Autoridad Palestina, no para presionarla", precisó Abbas en la rueda de prensa final, en la que destacó el "apoyo internacional a nuestro favor, tanto político como financiero", que se lleva de Londres, y expresó su confianza en "el rápido regreso del espíritu de reconciliación y de la negociación".

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, no hizo alusión a ninguna negociación en el horizonte, aunque tuvo palabras de encomio para Abbas y le agradeció "su participación en este encuentro, que demuestra muy, muy vívidamente el compromiso de la Autoridad Palestina con las reformas democráticas". "Espero trabajar con usted y su Gobierno en estos tiempos de grandes posibilidades para su pueblo y para su región", dijo, y se felicitó también por el apoyo de países como Egipto y Jordania al programa de reformas. Pero recordó también la responsabilidad de Abbas a la hora de acabar con el terrorismo.

El ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, expresó su confianza en que se convoque "en el segundo semestre de 2005 una conferencia internacional entre israelíes y palestinos", a la que París espera dar acogida, aunque algunos observadores especulaban con que ésta podría convocarse a principios de 2006, antes de que finalice el repliegue de Israel en la franja de Gaza.

No faltaron referencias retóricas al momento político. "Todos podemos sentir una nueva ola en movimiento", dijo el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

"No podemos permitirnos que este tren descarrile otra vez. La gente tiene que darse cuenta de que la paz da dividendos", expresó la comisaria Europea de Asuntos Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, que completó, junto al luxemburgués Jean Asselborn (país que preside actualmente la Unión Europea), y el jefe de la diplomacia comunitaria, Javier Solana.

Solana hizo especial hincapié en la cuestión de la seguridad y su ligazón con la prosperidad económica. "El aumento de la sensación de seguridad entre los palestinos y la reducción del reclutamiento por parte del terrorismo van a depender de manera crucial de la mejora rápida de la situación económica y social de la población", dijo en su intervención. Y llamó a la autoridad palestina a "cumplir sus obligaciones en materia de seguridad en la zona", al tiempo que exigió a Israel "un cambio radical del sistema de cierres fronterizos que restringe el movimiento de las personas y las mercancías".

El presidente palestino, Mahmud Abbas, y la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ayer en Londres.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, y la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ayer en Londres.REUTERS

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