El crimen de la hija de un ex presidente paraguayo desata una purga policial

El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, forzó ayer la dimisión del ministro del Interior, Nelson Mora, y relevó de sus puestos a 52 jefes de la policía. La purga, una de las mayores en las fuerzas de seguridad que se recuerdan en Paraguay, "acaba de empezar", según declaró el presidente. El detonante de la medida fue el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas, hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas.

"[Mora] presentó su renuncia ayer en horas de la tarde y he designado como nuevo ministro del Interior a Rogelio Benítez", anunció ayer Duarte, al tiempo que confirmó el relevo de más de cincuenta jefes policiales y aseguró que "la limpieza no se va a detener". Curiosamente, el jefe máximo de la policía paraguaya, el comisario general Carlos Zelaya, se salvó de la purga generalizada.

La remoción del ministro y la cúpula de las fuerzas de seguridad ha sido la respuesta de Duarte a la demanda social de mayor seguridad y las protestas por la corrupción policial y administrativa, que estallaron tras el hallazgo del cadáver de Cecilia Cubas el pasado miércoles. La joven empresaria, de 32 años, fue secuestrada, retenida durante cinco meses, y asesinada por una banda que se sospecha que tiene lazos con sectores corruptos de la policía.

Hay sospechas entre la población, recogidas en la prensa, sobre la existencia de una red de delincuentes, con contactos en muchas instituciones del Estado, dedicada al secuestro y otros delitos asociados al rapto. La purga policial, así como la forzada dimisión de Mora, se daban por descontadas en Paraguay ante las denuncias de filtraciones y de irregularidades en la investigación del caso de Cecilia Cubas.