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BUSH EN EUROPA | Reunión con Schröder

Dos soldados británicos, culpables de abusos en Irak

Una corte marcial declaró ayer culpables a dos militares británicos del Regimiento Real de Fusileros (los cabos Daniel Kenyon y Mark Cooley) de cometer diversos abusos contra prisioneros iraquíes. Ambos, junto al también soldado Darren Larkin, que ya había admitido la acusación antes de la vista, serán sentenciados mañana por un tribunal militar en Osnabrueck (Alemania). Los primeros se enfrentan a una pena máxima de dos años.

Los abusos tuvieron lugar en mayo de 2003 en el campo militar de Breadbasket, junto a Basora, una zona al sur de Irak que estaba bajo control de las fuerzas británicas. Los acusados esgrimieron en su defensa que sus superiores les habían ordenado aplicar mano dura a los detenidos capturados en actos de pillaje pocas semanas después de la caída del régimen de Sadam Husein.

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El cabo Cooley fue declarado culpable de dos delitos: comportamiento cruel con un detenido, al que paseó colgado de una grúa, y por posar en una fotografía simulando que va a dar un puñetazo a un prisionero. Kenyon fue declarado culpable de tres cargos: incitar a Larkin a asaltar a un prisionero, romper el buen orden y la disciplina militar por no informar a sus superiores del incidente de Cooley con la grúa y no informar a sus superiores de que soldados a sus órdenes habían forzado a dos prisioneros a desnudarse y simular un acto sexual.

Recuerdo de Abu Ghraib

Larkin, que fue fotografiado vestido sólo con unos calzoncillos y unas zapatillas mientras se mantenía de pie pisando a un prisionero iraquí que se mantenía acurrucado en el suelo, puede ser condenado a un máximo de seis meses. Su fotografía, junto a otras 21, fueron hechas públicas al poco de iniciarse el juicio contra estos tres soldados y enseguida provocaron un paralelismo con las de los abusos cometidos por soldados y empleados de Estados Unidos en la cárcel de Abu Ghraib, a las afueras de Bagdad.

El caso se conoció cuando un cuarto soldado, Gary Bartlam, llevó unos carretes a revelar en una tienda cerca de su casa. Éste, que iba a ser juzgado junto a sus compañeros negoció a través de sus abogados un acuerdo. Cuatro de los cargos fueron retirados a cambio de una condena de 18 meses y su expulsión del Ejército.

Por otra parte, el actual primer ministro interino de Irak, Ayad Alaui, anunció ayer la formación de una coalición que le permita continuar al frente del Gobierno. Su partido obtuvo sólo 40 escaños en las elecciones de enero. La lista chií, auspiciada por el gran ayatolá Alí al Sistani, logró 140 y la lista kurda 75; ambos negocian desde hace días un acuerdo para compartir el Gobierno y preparar la redacción de la futura Constitución del país. El margen de maniobra de Alaui, el hombre elegido por EE UU para dirigir la transición, es escaso ante la falta de apoyo.

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